Collboni llama a la participación para evitar la entrada de los extremistas
El candidato socialista propone destinar la tasa turística a climatizar escuelas
Cada voto depositado en las urnas cuenta igual, pero su valor es mayor o menor en función de la participación. Cuanto más alta es la participación en unas elecciones municipales, más elevado se pone el listón del 5% que deben superar los partidos minoritarios para obtener representación en el plenario. Lo saben bien en el PP, que en el 2019 estuvieron en el alambre toda la noche electoral y no llegaron a cantar victoria hasta que se confirmó el recuento total unos días después y le otorgó el 5,01% del total de los votos emitidos por los barceloneses.
Aspirando a superar ese listón se encuentran este año el PP, Valents, Vox y la CUP. Teniendo en cuenta lo ajustados que están los resultados entre los candidatos a la alcaldía según las encuestas, la investidura y la posterior gobernabilidad del Ayuntamiento será muy diferente si entran o no esos partidos. Ante este escenario, el candidato socialista, Jaume Collboni, apela directamente a los potenciales abstencionistas, y ayer hizo un llamamiento a la “participación masiva” el próximo 28 de mayo durante su intervención en el almuerzo informativo Barcelona Tribuna, organizado por la Societat Econòmica Barcelonesa de Amics del País, la Asociación Española de Directivos y La Vanguardia, y presentado por Miquel Roca.
“A la ciudad no le convienen extremismos, pueden condicionar investiduras y presupuestos, y no lo harán precisamente en favor de la moderación”, alertó Collboni, que no olvida los festivales que montaba la CUP durante el anterior mandato en la sala de plenos y en las tediosas comisiones municipales.
Para tratar de evitar que nadie se quede en casa, el candidato socialista tiende la mano a toda la sociedad con la premisa de “gobernar para todos y no en contra de nadie” e insiste en la necesidad de elevar la participación: “No lo pido por mí ni por mi partido, lo pido por Barcelona y por sus oportunidades de futuro”.
Con el fin de convencer a esos que se plantean quedarse en casa el día de las elecciones, Collboni ha empezado a desgranar algunas de sus promesas si resulta ganador. Una de ellas, presentada ayer, consiste en destinar 100 millones de euros en ocho años a la mejora de la eficiencia energética y la climatización de las escuelas “para que los alumnos no sufran las cada vez más frecuentes olas de calor”. Lo realmente novedoso de la medida es como pretende financiar la actuación: a través de la tasa turística.
El importe que pagan todos los visitantes cuando se alojan en un hotel de Barcelona dejará previsiblemente 52 millones de euros en las arcas municipales este año y el año que viene, si nada se tuerce, alcanzará los 80 millones. Es una recaudación que inicialmente debía destinarse a proyectos que buscan fomentar actividades culturales para los barceloneses, diversificar los atractivos para los visitantes más allá de las zonas de mayor concentración y compensar las externalidades provocadas por la masificación turística, pero Collboni plantea ir más allá y crear un “fondo de retorno ciudadano”. Esto es, destinar una parte de lo conseguido a través de la tasa turística a inversiones que repercutan directamente en la vida cotidiana de los ciudadanos sin que tengan ninguna relación con el turismo, como es el caso de las mejoras en los centros escolares. •
El PSC plantea un “fondo de retorno ciudadano” con los recursos obtenidos de las pernoctaciones