La Vanguardia

Palos en las ruedas

La dura competenci­a portuguesa y los recortes debilitan al Barça, que se queda sin cetro europeo por quinto año

- Toni López Jordà Barcelona

Si el deporte fuese matemático, el Barça sumaría una Liga Europea de hockey patines cada 2,5 años..., pero lleva ya un lustro sin pescar la corona continenta­l. El Oporto –a la postre, nuevo campeón europeo– el fin de semana pasado privó a los blaugrana en semifinale­s de optar a su 23.ª Copa de Europa, que se le ha resistido desde que levantó el trofeo en el 2018. Tres ediciones sin llegar a la final, un año sin competició­n (el 2020, por la covid) y otro de plante (los clubs de la EHCA disputaron la Golden Cup de A Coruña, en el 2022).

En total, cinco años seguidos sin hegemonía blaugrana en Europa; algo inédito para el rey absoluto del hockey patines (22 coronas).

¿Cómo se explica la abdicación del Barça, que no vivía una sequía tan prolongada desde el paréntesis de 11 años en blanco 1986-97?

Edu Castro, entrenador de Bar(españa ça desde el 2017, ofrece su explicació­n: “La Liga portuguesa es ahora la más fuerte, sus clubs invierten mucho –tres son clubs de fútbol–, hacen grandes fichajes de jugadores, con proyectos muy potentes, y también se ha trasladado el epicentro organizati­vo de la Liga Europea a Portugal”. De hecho, en poblacione­s lusas se han disputado seis de las últimas siete fases finales, con cuatro campeones y siete finalistas locales...

El contexto que da Castro es innegable y evidente: en los últimos años se ha consolidad­o el trasvase de poder del hockey patines hacia el oeste peninsular, de Catalunya a Portugal, tanto en las competicio­nes de clubs como en seleccione­s lleva solo un título mundial –2017– en las últimas cuatro ediciones, desde el 2015).

Pero hay más. El traslado del epicentro de poder también tiene que ver con la pérdida de peso del Barça, que empieza a pagar el adelgazami­ento presupuest­ario ordenado por el club para las secciones polideport­ivas, de un 15%. El hockey patines es la primera que se ha apretado el cinturón –ya desde esta temporada– para reducir su presupuest­o, de unos dos millones de euros.

El resultado ha sido la salida de figuras diferencia­les y un debilitami­ento ante los cuatro grandes lusos –Benfica, Oporto, Sporting y Oliveirens­e–, que igualan o superan el presupuest­o blaugrana, y llegan a picarle jugadores: en el 2018 se marchó Lucas Ordóñez (al Benfica), en el 2021 salió Pablo Álvarez (al Benfica) –los dos argentinos fueron los verdugos del Barça en la Golden Cup 2022–, y el verano pasado se fue Nil Roca, blaugrana desde el 2012... también al Benfica, porque le pagaba más. Lo que años atrás era impensable.

Para colmo, en noviembre perdían a Matías Pascual en el Mundial por lesión (tibia y peroné) y no fichaban a nadie. Y al acabar el curso se marchará Hélder Nunes al Oporto (lo sustituirá Xavi Barroso, de vuelta)... y Pau Bargalló tiene ofertas de Portugal.

Castro quita trascenden­cia a la pérdida de talento. “El equipo se ha reinventad­o, hemos sido competitiv­os con la baja de Mati, pero también somos realistas y hay que aceptar y adaptarse a la nueva realidad. Pero creo que hemos cumplido con creces”, señala el técnico, que acata los recortes: “Nada que decir. Con lo que tenemos nos llega para ganar y aceptamos el reto de ser competitiv­os”.c

“Somos realistas, y hay que aceptar y adaptarse a la nueva realidad. Pero con lo que hay nos llega”, dice Edu Castro

 ?? PÍCTOR SALGADO / FCB ?? Edu Castro, técnico del primer equipo del Barça desde el 2017, se dirige a sus jugadores en el Palau
PÍCTOR SALGADO / FCB Edu Castro, técnico del primer equipo del Barça desde el 2017, se dirige a sus jugadores en el Palau

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