La campaña arranca en la Casa Blanca y prosigue en una España con sequía
El sondeo del CIS dibuja un 28-M con preponderancia del voto de acento local
Política interior y política exterior forman una unidad dialéctica. Hoy vamos a tener un claro ejemplo de ello. Pocas horas después del inicio oficial de la campaña del 28 de mayo, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, será recibido en la Casa Blanca.
Es una coincidencia significativa en un país, España, en el que las relaciones con la primera potencia del mundo siempre generan tensión. Malo –para sectores de la izquierda– si esas relaciones son demasiado buenas. Malo –para toda la derecha y parte de la izquierda– si la cosa se estropea. Sánchez encontró frialdad en Washington durante los primeros meses de la presidencia de Joe Biden. Había agravios. La retirada de la fragata Méndez Núñez de un grupo de combate norteamericano en el golfo Pérsico, reticencia española a la ampliación de la base de Rota, el fantasmal viaje de la vicepresidente venezolana Delcy Rodríguez a Madrid, la frialdad de Sánchez ante la operación Guaidó, la tasa Google, el influjo de Podemos... Cuando en mayo del 2021 estalla la crisis con Marruecos, el secretario de Estado Antony Blinken mira hacia otro lado.
Alarmado, Sánchez empieza a mover el timón. Alineamiento con la política norteamericana respecto al Magreb, abriendo la puerta al reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental (bajo tutela formal de la ONU). Respuesta afirmativa a la ampliación de la base de Rota. Magnífica cumbre de la OTAN en Madrid. Significativos contratos con la industria militar norteamericana, con la empresa Lockheed Martin, principalmente, para la renovación del equipamiento de la Armada (véase La Vanguardia del pasado 30 de abril). Predisposición española, junto con Canadá, a acoger emigrantes latinoamericanos previamente seleccionados por Estados Unidos. Todo ello, sin que Unidas Podemos haya roto el Gobierno de coalición.
Con esas credenciales, Sánchez será recibido hoy por Biden en Washington, después de una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros especialmente dedicada a la sequía, la última de las calamidades del ciclo iniciado con la pandemia. Atrás queda aquella lastimosa escena (junio del 2021) en la que el presidente español intentaba reclamar la atención del presidente norteamericano en un pasillo del cuartel general de la OTAN en Bruselas. Un mes después de aquella escena, Sánchez remodeló el Gobierno, entregó la cabeza de la ministra de Exteriores Arancha González Laya a Mohamed VI y reorientó la política exterior con José Manuel Albares dando prioridad a la plena sintonía con Washington y al pacto con Marruecos. El golpe de timón incluyó una cierta reconciliación con el PSOE caoba, con Felipe González, sin romper con UP y con los socios de investidura.
La reunión de hoy en la Casa Blanca abre un intenso ciclo electoral que culminará dentro de un año, en mayo del 2024, con unos importantes comicios europeos. El CIS ofreció ayer su diagnóstico. Posible mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. Clara ventaja de la izquierda en la Comunidad Valenciana. El PSOE podría conservar importantes posiciones. Enigma en Barcelona. El CIS hay que leerlo con prudencia, pero parece que no estamos en vísperas de un alzamiento nacional contra el Gobierno. No es ese el llamamiento de Washington.
El CIS apunta: posible mayoría absoluta de Díaz Ayuso en Madrid y victoria de la izquierda en Valencia