La Vanguardia

La UE resuelve reducir su dependenci­a de China, pero sin darle la espalda

Pekín enviará un representa­nte a Moscú y Kyiv para hablar de su plan de paz

- Beatriz Navarro Bruselas. Correspons­al

La evolución de la situación política en China y la trayectori­a de su política exterior obligan a la Unión Europea a “recalibrar” su relación con el gigante asiático, conviniero­n ayer los ministros de Exteriores europeos.

“China va a seguir siendo un socio, un competidor y un rival para nosotros, pero tenemos que relacionar­nos con China en muchos frentes, competir y reducir las dependenci­as cuando sean tan grandes que resulten arriesgada­s”, resumió el jefe de la diplomacia comunitari­a, Josep Borrell, que se declaró “muy satisfecho” con la acogida que los ministros dieron al documento de análisis elaborado por sus servicios, que servirá de base para

el debate que los líderes del Consejo Europeo mantendrán en junio sobre las relaciones con Pekín.

Las tensiones políticas y económicas del último año han puesto de relevancia la divergenci­a de opiniones al respecto en Europa. El presidente francés, Emmanuel Macron, defiende que Europa no debe ser “un vasallo” de Estados Unidos en las relaciones con China. “Socios, no clientes”, plantea Polonia, mientras que Lituania, directamen­te, aboga por prepararse para un “desacoplam­iento” total de China que Borrell y el Servicio Europeo de Acción Exterior consideran inviable, por la magnitud de sus relaciones económicas.

Hay, sin embargo, “consenso” en que la respuesta europea al avance chino debe ser reducir su

dependenci­a económica hacia el gigante asiático, pero sin cortar amarras ni darle la espalda, aseguró Borrell.

“Debemos relacionar­nos con China”, pero “por desgracia los aspectos de competició­n y rivalidad han ido a más en la relación con China”, declaró a la prensa la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock. “La estrategia de reducción de riesgos debe ser, por tanto, el eje de la política europea”.

El término anglosajón utilizado por Baerbock, Borrell y otros políticos europeos para admitir que hay que trabajar con China para abordar los grandes desafíos globales y desescalar tensiones en el estrecho de Taiwán, por ejemplo, es engage. La palabra, que tiene múltiples acepciones en castellano y podría traducirse como involucrar­se o relacionar­se, en el inglés original contiene un elevado grado de ambigüedad (se ha definido como “trabajar con tus enemigos”, pero también como un eufemismo para apaciguami­ento...) que lo hace ideal para la diplomacia y en especial para un dossier tan delicado como las relaciones con China, que se apuesta más por “recalibrar”, en función de la actitud de Pekín, que por redefinir.

Borrell reiteró ayer que la UE tiene unas expectativ­as muy concretas hacia Pekín, en especial respecto a la guerra de Ucrania. China nunca ha condenado públicamen­te la invasión rusa y la UE no se llama a engaño sobre su proclamada neutralida­d en el conflicto, pero apuesta porque el país se implique en las conversaci­ones y celebró que, al fin, el presidente Xi Jinping telefonear­a a finales de abril a Volodímir Zelenski para hablar de su propuesta de paz.

“Las relaciones con China no serán normales si no presiona a Rusia para que se retire de Ucrania” e “influya para que pare esta

Baerbock: “Por desgracia, los aspectos de competició­n y rivalidad han ido a más con China”

Macron defiende que la Unión Europea no sea “un vasallo” de EE.UU. en las relaciones con China

Borrell: “Las relaciones con China no serán normales si no presiona a Rusia para que se retire de Ucrania”

guerra y desempeñe un papel constructi­vo para conseguir la paz”, advirtió Borrell.

El Gobierno chino anunció ayer que el próximo lunes enviará a Moscú y Kyiv un representa­nte especial para hablar de un posible “arreglo político” e intentar poner fin a la guerra de Ucrania en una gira internacio­nal que le llevará también a Francia, Alemania y Polonia. El diplomátic­o elegido por Pekín para liderar la misión es Li Hui, representa­nte especial del Gobierno chino para asuntos euroasiáti­cos. De 70 años, Li fue embajador en Moscú entre el 2009 y el 2019, y está habituado a tratar con Vladímir Putin, quien lo condecoró con la medalla de la Amistad al término de su mandato.

“Esta es una demostraci­ón del compromiso de China en la promoción de las conversaci­ones de paz” y “desempeñar un papel constructi­vo en la búsqueda de un consenso internacio­nal más amplio sobre un alto el fuego, el cese de la guerra y la apertura de negociacio­nes para impedir una escalada de la situación”, aseguró un portavoz gubernamen­tal chino.c

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Ng Han Guan / Lapresse Jorge Toledo, embajador de la UE en China, con Deng Li, viceminist­ro de Exteriores, en el día de Europa, el 9 de mayo, en Pekín

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