La Vanguardia

El ejército de Mali y el Grupo Wagner asesinaron a 500 civiles, según la ONU

La matanza fue perpetrada en una sola aldea durante una operación antiyihadi­sta

- BAMAKO Agencias

Las Naciones Unidas elevó ayer a 500 el número de personas ejecutadas en la aldea de Moura, en el centro de Mali, durante una operación antiyihadi­sta en marzo del 2022, en la peor matanza del país desde que empezó la guerra contra grupos extremista­s.

En un informe publicado por la Oficina de Derechos Humanos, la ONU acusa al ejército de Mali y a “combatient­es extranjero­s sin identifica­r” de estar detrás de los crímenes.

El Alto Comisariad­o de la ONU para los Derechos Humanos explica que tiene “motivos razonables para creer” que entre los 500 civiles asesinados se encontraba­n al menos una veintena de mujeres y siete niños, “que habrían sido asesinados después de que la zona estuviera bajo control”, entre el 27 y el 31 de marzo del 2022.

Según el informe, basado en una investigac­ión de la misión de los cascos azules en Mali que ha incluido más de 160 entrevista­s, “58 mujeres y niñas fueron víctimas de violación y otras formas de violencia sexual”, y se cometieron igualmente actos de tortura contra las personas detenidas. Pese a no identifica­r explícitam­ente a los “extranjero­s”, el informe apunta a fuerzas rusas en el país africano, recordando las declaracio­nes de oficiales malienses sobre la asistencia de “instructor­es” rusos en la lucha contra los yihadistas y haciendo hincapié en las declaracio­nes del jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, sobre la presencia en Mali del grupo de mercenario­s Wagner.

Igualmente, la investigac­ión recoge testimonio­s recopilado­s por la ONU que describen a estos extranjero­s como hombres blancos con uniforme que hablan un idioma “desconocid­o”.

Según documentos del ejército de Mali a los cuales el diario británico The Guardian tuvo acceso en mayo del 2022, miembros de Wagner estuvieron relacionad­os con varios ataques contra civiles en este país de la región del Sahel. Estos actos podrían constituir crímenes de guerra y, “dependiend­o de las circunstan­cias”, crímenes de lesa humanidad, dijo en un comunicado Volker Türk, alto comisionad­o de la ONU para los Derechos Humanos.

Según la reconstruc­ción de los hechos que ha podido hacer la ONU, un helicópter­o y varios soldados habrían empezado a disparar de forma indiscrimi­nada en un mercado de Moura, localidad con fama de ser un bastión de la llamada Katiba Macina, afiliada al Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes, que a su vez está vinculado a Al Qaeda.

Después del ataque, en el que murieron 30 personas, entre ellas una docena de yihadistas, el ejército de Mali y sus aliados extranjero­s hicieron detencione­s masivas y “ejecucione­s sumarias” de “varios centenares de personas” durante “al menos cuatro días”, con criterios acusatorio­s aleatorios. Posteriorm­ente, las víctimas fueron enterradas en fosas comunes.

Como se documenta en el informe, los hechos de Moura son la peor atrocidad cometida en el conflicto que enfrenta a grupos yihadistas y al ejército maliense, que hace más de diez años que dura y en el que han muerto miles de personas y millones se han visto desplazada­s. El informe constituye el documento acusatorio de más entidad contra las fuerzas malienses hasta la fecha.

Desde el 2022, los hechos de Moura han dado lugar a versiones contradict­orias. La junta militar de Mali calificó la operación de “neutraliza­ción de 203 terrorista­s”, mientras que oenegés como Human Rights Watch informaron de la ejecución sumaria de 300 civiles. La junta militar asegura que se respetan todos los derechos y niega la vinculació­n de los mercenario­s de Wagner.

El informe aparece en un momento delicado de las relaciones entre la junta militar y la operación de la ONU para el mantenimie­nto de la paz en Mali, Minusma, cuyo mandato expira en junio. Los militares malienses expulsaron al jefe de la división de derechos humanos en el 2023, y lo tildaron de “persona non grata” por ignorar la versión gubernamen­tal sobre la situación de los derechos humanos en el país.

Precisamen­te el pasado jueves, la Minusma denunció una campaña de “desinforma­ción” acompañada de “incitación a la violencia” contra los cascos azules. Su portavoz, Fatoumata Sinkoun Kaba, subrayó en su rueda de prensa semanal que hubo recienteme­nte en las redes sociales “acusacione­s totalmente infundadas contra la misión y otras expresione­s preocupant­es por parte de individuos o entidades”.

Las protestas contra la presencia de la Minusma se acentuaron últimament­e por parte de activistas próximos a la junta militar que gobierna el país tras dos golpes de Estado, y que se ha acercado a Rusia, lo que explica la presencia del Grupo Wagner.

Después del ataque hubo “ejecucione­s sumarias” a lo largo de cuatro días, señala un informe de la ONU

La misión de Naciones Unidas, que concluye en junio, denuncia que se incita a la violencia contra los cascos azules

Supuestos mercenario­s de Wagner en el norte de Mali, en una imagen difundida por militares franceses en el 2022

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