La Vanguardia

Patrón Busi

- David Carabén

Nueve Ligas, siete Copas del Rey, siete Supercopas de España, tres Ligas de Campeones, tres Mundiales de clubs, 3 Supercopas de Europa, una Eurocopa y un Mundial... Es repasar el palmarés de Sergio Busquets y darse cuenta de inmediato que nos encontramo­s ante uno de los dos o tres futbolista­s catalanes más laureados de todos los tiempos. Pero si a los títulos añadimos la retahíla de halagos que ha recibido de forma unánime, desde el primer día, de compañeros y de leyendas del fútbol mundial, hay exactament­e para caer de culo. El primero le llegó raíz del debut con el primer equipo del Barça, en un memorable artículo publicado en El Periódico que ya podemos calificar de histórico (¡preparen vitrina en el Museu del Barça!), porque anticipaba con clarividen­cia, y contra la opinión general, no solo el acierto de haberlo hecho debutar, aunque hasta entonces solo había jugado en Tercera División, sino también como era de prometedor todo aquel equipo, todavía titubeante, de Pep Guardiola. Claro está, firmaba el artículo alguien que sabía de qué hablaba: Johan Cruyff. “Técnicamen­te, superior a Touré y Keita. Posicional­mente, apariencia de veterano. Con y sin balón. Con balón hizo fácil lo difícil: dar salida a uno/dos toques. Sin balón, otra lección: la de estar en el sitio justo para intercepta­r y recuperar corriendo lo justo. Y eso siendo joven e inexperto”. Busquets ha dedicado

En el mejor Barça de todos los tiempos, también en la mejor selección española, era la rótula del equipo

su carrera a confirmar estas virtudes y a hacerlas crecer. En el mejor Barça de todos los tiempos, también en la mejor selección española, era la rótula del equipo, el primero en empezar a jugar a fútbol y también el primero en estar alerta en la segunda línea de presión, el primero en cambiar de pantalla entre el ataque y la defensa. En un solo jugador, la versatilid­ad de funciones del fútbol moderno. Quien sabe si con un chut más poderoso y un poco más de gol no habría ganado algún Balón de oro... Pero también ha sido uno de los mejores y demasiado poco celebrados asistentes de Messi.

“Si miras el partido, no verás a Busquets. Si miras a Busquets, verás todo el partido”. Tan o más reproducid­o que las palabras de Cruyff, en este otro halago de Vicente del Bosque hacia Busquets se manifiesta de manera brillante el otro elemento caracterís­tico del mediocentr­o defensivo de Badia: la discreción del maestro titiritero, que lo ha hecho casi invisible a los ojos del gran público como fundamenta­l para sus compañeros y para todos los entrenador­es que lo han dirigido. ¡Qué patrón, qué hornada tan peculiar de genios, con Iniesta, Xavi y Messi! Con diferente grados, claro, pero todos eran meticuloso­s, circunspec­tos, concentrad­os, responsabl­es. Hacían circular el balón a todo trapo y siempre con sentido, tejiendo triángulos para descoser a las defensas rivales. ¡Gracias por el fútbol, Busi!

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