La Vanguardia

Razones para creer en Xavi

- POR LA ESCUADRA Maria Fernández Vidal

Los que, en algún momento u otro de la vida, hemos lidiado con el síndrome del impostor sabemos lo difícil que resulta aprender a convivir con los fantasmas de las dudas, la falta de confianza y los miedos que acompañan este síndrome. Y, escuchando a Xavi en los minutos posteriore­s a convertirs­e en campeón de Liga con el Barça, tengo la sensación de que esta ha sido una de sus batallas esta temporada. Una de tantas. En la sala de prensa del RCDE Stadium, cuando todavía quedaba algún cafre sobre el césped manchando profundame­nte la imagen centenaria del Espanyol, Xavi admitía que, como jugador, ya le había pasado. “Me costó que creyeran en mí al principio. Como entrenador, me ha pasado lo mismo”. Y lo remataba diciendo que, personalme­nte, el título le daba credibilid­ad.

Esta Liga demuestra que Xavi no es un impostor. El día del Gamper no prometió títulos gratuitame­nte, admitió que su intención era ganarlos para hacer felices a los culés. Cogió las riendas del Barça en un punto en que no tenía nada garantizad­o y ha hecho de entrenador: intervenci­ón en los fichajes, gestión de la plantilla y liderazgo en momentos clave. Ha tomado la delantera de un Barça en construcci­ón, en fase de consolidac­ión, imperfecto, que ha caído una vez más en Europa, ha ganado partidos con un gran juego y otros por los pelos. Y ha tenido que escuchar todo tipo de exigencias, como si todas las victorias tuvieran que ser obligatori­amente con una nota de 10 o si los triunfos por 0 a 1 ó 1 en 0 no valieran tres puntos igual. Sin embargo, Xavi ha cumplido y el Barça ha vuelto a ganar la Liga. Y lo ha hecho en una temporada donde el Madrid, la bestia negra de Europa, también ha competido, donde se ha marchado Piqué, donde ha estallado el caso Negreira y donde el ruido ha venido de fuera y también de dentro del club.

Un Lewandowsk­i demasiado mayor, unos Gavi, Pedri y Balde demasiado jóvenes, un Busquets que no estaba para competir, un De Jong a quien era mejor vender, un Dembélé que no había aportado nada en las últimas temporadas, un Christense­n por quien nadie daba un real, un Xavi que no sabría dejar en el banquillo a las vacas sagradas... en definitiva, una plantilla que, en una segunda temporada sin Messi, estaba llamada al fracaso. De aquellos aires que se respiraban a principios de temporada, hasta ahora. Un viaje largo y trepidante que ha acabado con el Barça ganando el título de la regularida­d. La Liga que da oxígeno a Xavi, a su proyecto y también al club. Y pone la primera piedra de un Barça que vive en presente y que es campeón.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain