Y tenía que ser un día tranquilo
El desconocido Fabian Marozsan interrumpe la racha de Carlos Alcaraz
Los primeros compases de este cruce de cuartos parecen anunciar un desfile militar, nada que ver con el nudo y el desenlace, pues el desconocido Fabian Marozsan acabará segando la racha de 12 victorias de Carlos Alcaraz.
Alcaraz (20), inminente líder mundial (será así el 22 de mayo, al actualizarse la tabla), cree que va a pasar otro día tranquilo en la oficina. El murciano testea a Marozsan (23), hoy 123.ª raqueta del mundo, y cada vez que Alcaraz acelera y golpea fuerte, flaquea la muñeca del húngaro, un tipo larguirucho y escuálido que viene de la fase previa, nunca se ha visto así en un Masters 1.000, su mejor ránking histórico es el 128.º, había llegado hasta allí justo en vísperas de la pandemia.
Lo que pasa es que, a partir del segundo juego, el partido revira. Y Marozsan se hace sólido.
El húngaro entra en los intercambios, firma un par de dejadas maravillosas, deja boquiabiertos al líder mundial y a la parroquia del Foro Itálico romano, que se frota los ojos:
–¡Hay partido!
“Toca remar”, se dice Alcaraz. No esperaba el chaparrón, y de sopetón ha encajado dos juegos en blanco y ha perdido el servicio y se ve 4-1 y, después, 5-2.
Van 26 minutos de partido. ¿Qué demonios?
Nada, no hay manera. Marozsan sigue abriendo ángulos y sumando juegos en blanco y a los 32 minutos se apunta el primer set (6-3), así que Alcaraz, desconcertado, se va al rincón de pensar.
–Por momentos, ya no sabía ni lo que estaba pasando ni por qué estaba fallando –dirá después. ¿Qué sale de ahí? Alcaraz se templa, empieza a dominar su servicio, pero el húngaro sigue siendo un vendaval. Lo manda al fondo de la pista y lo tortura a dejadas, es el mejor voleando, acortando los puntos y alargándolos, entra en la pista cuando
Alcaraz va al segundo saque, ¡este húngaro es un descubrimiento!
En el quinto juego, Alcaraz sufre de verdad. Se ve 0-40 abajo y atisba el abismo. Un paso más y se despeñará. Entonces, sí, entonces se crece. Enlaza cinco puntos, remonta el juego, salva el servicio. ¿Cambio de tercio? Ni por esas. Alcaraz ha salvado ese susto, pero no sorteará el siguiente, y ahora vuelve a verse abajo, 4-3 y con viento de frente. ¡Este Marozsan tiene respuestas de todo tipo! ¿De dónde viene? –Marozsan me sorprendió mucho. Quiero decir, su nivel era muy muy alto. Estoy seguro de
que va a romper el top 100 muy, muy pronto– dirá Alcaraz.
Antes, el murciano aporrea la mesa. Lo hace a la 1h13m: al fin rompe el saque del húngaro. Grita: “¡Vamooooooos!”.
Es un espejismo.
El partido desemboca en el tie break y a mar abierto se ahoga Alcaraz: ha llegado a colocarse 1-4 arriba, pero ahí se le agotan los recursos. Pierde seis puntos seguidos y es víctima del gigante, un desconocido que le ha superado en todo. Marozsan suma 24 ganadores (por los trece de Alcaraz) y apenas comete doce errores no forzados (por los 22 del rival).c
“Ha habido momentos en los que no sabía ni qué estaba pasando”, confiesa el talento murciano