Escoger entre Bildu o Vox
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo tienen el mismo problema. A los dos les gustaría gobernar España con una mayoría sólida... pero no les alcanza. Y uno necesita el apoyo de Unidas Podemos, ERC y EH Bildu, para hacerlo, y el otro, seguramente, requerirá de los votos de Vox para llegar a la Moncloa. Así es la vida y así es la aritmética parlamentaria. Socialistas y populares se van a agarrar a este argumentario para intentar desacreditar al contrario en las elecciones de diciembre, pero ya han recurrido a él en la campaña de las municipales y autonómicas de este mes porque todo vale para ganar unos cuantos votos.
La errática decisión de EH Bildu de situar a expresos de ETA con delitos de sangre en sus listas electorales ha facilitado al PP munición para desgastar a los socialistas. La presunta connivencia entre el PSOE y ETA ha sido siempre un tema recurrente de los populares y ahora los exbatasunos se lo han puesto en bandeja de plata. El PP estaba logrando que en estos días de campaña se hablara más de ETA que de las propuestas que lanzaba el PSOE. La rectificación de Arnaldo Otegi es necesaria para consolidar la convivencia y es un gesto de buena voluntad hacia los socialistas. Podría haberlo hecho antes, pero bien hecho está.
No servirá para cambiar el discurso del PP, tal y como se vio ayer en el Senado, donde el líder del PP afirmó que Sánchez “es una gran esperanza” para “violadores, pederastas, sediciosos, okupas y ahora también los que iban con pasamontañas y pistolas”. No es el lenguaje al que nos tenía acostumbrados Núñez Feijóo, pero seguramente es efectivo para su electorado. De igual forma, los candidatos socialistas recuerdan siempre a los votantes la amenaza de futuros gobiernos del PP con Vox, cuyos candidatos están resistiendo mucho mejor de lo esperado, según la mayoría de los sondeos.
En fin, es un argumentario muy simple, pero muy directo: el miedo que pueden suscitar los independentistas vascos y catalanes sumados a los podemitas en contraposición al miedo de futuros gobiernos con la ultraderecha. Porque pactar PSOE y
PP entre ellos resulta hoy imposible.