La Vanguardia

La vieja sombra del terrorismo envenena el cara a cara del Senado

Sánchez y Feijóo miden sus fuerzas en la Cámara Alta a 12 días de las elecciones

- Pedro Vallín Madrad

La sesión de control ayer en el Senado fue un revival de hace tres lustros. Una réplica, quizá añorada por el PP, de los intercambi­os del entonces presidente, José

Rodríguez Zapatero, con el a la sazón líder de la oposición, Marino Rajoy: “Usted no quiere la paz” versus “usted tiene tratos con el terrorismo”.

La renuncia a las eventuales actas de concejal de los siete candidatos de Bildu que cumplieron condena por delitos de sangre no atenuó la voluntad de Alberto Núñez Feijóo de jugar la carta de ETA contra el presidente Pedro Sánchez. Arrancó exigiendo al presidente la renuncia a cualquier pacto con Bildu: “Es usted más generoso con los verdugos que con las víctimas”. Hasta en cuatro ocasiones pidió a Sánchez la ruptura de sus pactos con Bildu e incluso sugirió una reforma de la ley para impedir su presencia en las elecciones: “Si lo indecente es legal, está en sus manos que no lo sea: garantice que su pacto con Bildu acabó”.

La respuesta del presidente fue un listado, tal y como le exigía

Feijóo, de “verdades” que dosificó en sus dos intervenci­ones, y en las que enumeró el éxito de Zapatero en la consecució­n de la paz, la deslealtad del PP en aquel proceso, las carantoñas, verbales y ejecutivas, de José María Aznar con el terrorismo etarra, y la defensa de los pactos con Bildu que en su día hicieron el hoy portavoz del partido, Borja Sémper (“lo importante es que ETA se ha acabado; cuanto antes cambiemos el chip, antes podremos construir el futuro que se tiene que construir también con Bildu”, dijo entonces), y el que fuera alcalde de Vitoria por el PP, Javier Maroto (“no me tiemblan las piernas por llegar a acuerdos con Bildu; ojalá

cunda el ejemplo”). “Quien dijo eso ya no es alcalde de Vitoria ni residente en Vitoria”, dijo Sánchez, “está censado en Castilla y León, es portavoz del PP en esta Cámara, se sienta ahora mismo a su lado y sonríe cínicament­e”.

Y dejó el mayor reproche para el final de su primera intervenci­ón: “Quien quiera saber hasta dónde es capaz de llegar la falta de escrúpulos del PP en la utilizació­n del terrorismo, del dolor de las víctimas y de la mentira cada vez que se acercan unas elecciones solo tiene que recordar los días 11, 12 y 13 de marzo del 2004”. Sobre las mentiras emitidas por el ejecutivo de Aznar aquellos días, Sánchez señaló que “nadie podría superar aquella infamia, pero usted con sus palabras hoy parece decidido a igualarla”.

A pesar de la ofensiva de Sánchez, Feijóo no cejó en su estrategia. Reiteró que el presidente era más cruel con el PP que con Bildu y volvió a exigirle un pronunciam­iento sobre el cese inmediato de sus pactos con la formación abertzale. Y resumió la política de alianzas del PSOE con este listado: “Violadores y pederastas, sediciosos, corruptos, okupas y ahora los que iban con pasamontañ­as y pistolas, para todos ellos usted es una gran esperanza electoral; yo no lo seré jamás”.

La escatologí­a del asunto hizo que el presidente del Senado se las viera y se las deseara para mantener el orden de la sesión, entre frecuentes interrupci­ones y exabruptos respectivo­s lanzados desde una y otra bancada.

En su turno de cierre, el presidente prosiguió con su listado. La séptima verdad de Sánchez fue que las promesas de moderación y pactos de Feijóo se han quedado en agua de borrajas: “Usted prometió también centrar a su partido, y lo que ha hecho ha sido abrir las puertas de par en par a acuerdos con la ultraderec­ha”. La octava fue que los pronóstico­s de apocalipsi­s económicos del PP no se cumplen y que el crecimient­o, el empleo y la paz social son la seña de la acción de Gobierno. La novena fue que, ante esa incomparec­encia de la hecatombe, al llegar las elecciones, “ustedes siempre recurren al mismo argumento: ¿Cuál es su propuesta sobre vivienda? ETA, o sea nada; ¿cuál es su propuesta sobre educación? ETA, o sea nada; ¿cuál es su propuesta sobre la emergencia climática? ETA, o sea nada; ¿cual es su propuesta sobre vivienda? ETA, o sea, nada, absolutame­nte nada”.

Y la décima, una conclusión: “Cuando en España ETA no es nada, para ustedes ETA es todo. Porque, en su desesperac­ión, ETA, aunque no exista, es lo único que tienen”, sentenció cerrando lo que pareció una secuela amarga de un debate añoso.c

“Dijo usted: ‘Con Bildu no voy a pactar; si queréis, lo repito otra vez: no voy a pactar’. Sí, señor Sánchez, repítalo otra vez, venga, dígalo otra vez”

“Bildu le puede reventar la campaña”

“Es más generoso con Bildu que con el PP, más generoso con los verdugos que con las víctimas” “¿Le parece bien que se vayan los que apretaban el gatillo y se quedan los que les daban las pistolas?” Alber o Núñez e o Presidente del PP

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Tari t La Cámara Alta, en un momento de la intervenci­ón de Pedro Sánchez; al fondo, Feijóo, en su escaño, escucha

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