Ludovic Fàbregas “No me voy por dinero ni por desacuerdos, sino para vivir nuevas experiencias”
Pivote del FC Barcelona de balonmano
Ludovic Fàbregas (Perpiñán, 1996) ha mamado sentimiento barcelonista desde niño, cuando su abuela Victòria, original de Figueres, le hablaba en catalán y le cantaba el himno viendo por la tele los partidos del Barça de Ronaldinho, Xavi y Puyol... Después de cinco años de blaugrana, de haber sido uno de los ídolos y referentes, Ludo disputará mañana su último partido de Champions en el Palau, en la vuelta de cuartos ante el Gudme (20.45 h), con la clasificación casi hecha gracias al 30-37 de la ida.
Han sido el mejor equipo en la fase de grupos (13 victorias y un empate) y el que tiene más renta en cuartos. ¿Cuál es la clave para llegar a este nivel de excelencia?
Para poder llegar a este nivel hay que tener paciencia y trabajar muchísimo. La forma de jugar del Barça cambió a partir del 2018; la voluntad era correr mucho y meter ritmo en todos los partidos. Con los años hemos ido a mejor, ganando confianza, las incorporaciones han ayudado a mantener este estilo y Carlos (Ortega) también se ha adaptado a este modelo que nos permite seguir ganando.
El primer adiós “Del Barça recordaré los títulos, la afición y a ‘Pasqui’ y a Carlos, que me han hecho crecer”
Es su último partido de Champions en casa. ¿Lo ha pensado?
Supongo que tendré muchas emociones. No soy persona que anticipe qué va a ocurrir, ya se verá. Sé que no será un partido más; espero emocionarme porque querrá decir que vivo los momentos.
En junio pasado anunció que se iría al Veszprém la próxima temporada. En todo este tiempo, ¿le han pedido que se lo repiense?
He recibido muchos mensajes, la gente me pide que me quede, pero es una decisión que he pensado mucho antes de tomarla.
¿No se ha arrepentido?
No, nunca. Debía tomar la decisión en marzo del 2022 y estoy contento de lo que decidí junto a mi mujer. Aun así, este último año en el Barça lo estoy dando todo y demostrando el compromiso que tengo con el club y el equipo.
En octubre del 2018, al poco de llegar al Barça, le pregunté si su intención era quedarse mucho tiempo. Dijo: “Mi idea es seguir muchos años si es posible y me siento bien. No tengo intención de irme”. ¿Qué ha cambiado? ¿Ya no se siente bien?
Aquí he aprendido muchísimo, y lo habría hecho mucho más, pero surgió la oportunidad del Veszprém, me pareció interesante su proyecto deportivo y pensé que podía vivir nuevas experiencias. Era el momento de hacerlo. Si hubiese estado triste aquí, no habría rendido como estoy haciendo.
El culé quizás no entiende por qué se va, siendo un pilar del equipo, comprometido, que siente los colores, su mujer y su hijo son de aquí... ¿Hay algún motivo que no haya explicado para no seguir?
No, son las circunstancias. El club me hizo una oferta para renovar, hubo muchos cambios en aquel momento, entiendo la situación económica y el cambio de técnico, y no hay ningún problema con ello. El club toma sus decisiones. No estaba de acuerdo con las condiciones de la oferta y la del Veszprém
me pareció interesante.
¿Porque le pagan mejor?
La gente que me conoce sabe que no me voy por dinero. Me gustó mucho su proyecto y era la oportunidad y el momento de cambiar de aires y vivir otra experiencia.
¿Por qué desestimó la oferta del Barça?
La rechacé porque no estaba de acuerdo con las condiciones.
¿Las económicas o la extensión del contrato?
Eso forma parte de las negociaciones; prefiero que sea privado.
¿Estaba en desacuerdo con el club por cómo despidieron a Xavi Pascual y David Barrufet?
No tiene nada que ver. El club tomas las decisiones que considera mejor y yo no tengo nada que decir. Es verdad que tengo mucho cariño a Barru y Pasqui, pero igual ellos habrían estado aquí y yo me hubiera ido igualmente...
¿Qué echará más de menos?
La temporada que viene lo podré decir. Ahora quiero irme ganando todos los partidos de Liga que quedan y la Champions. El momento de irme será más difícil por las emociones, porque he pasado cinco años aquí, muchas vivencias, mi mujer es de Castelldefels, mi hijo nació en Barcelona... Son muchos recuerdos que tendré para siempre dentro.
¿Qué ha aprendido aquí?
La exigencia en el trabajo. Aquí se trabaja muy bien y no hay un día en el que puedas poner el freno de mano. Siempre vendrá alguien a decirte al oído: “Eh, espabila”.
¿Algún recuerdo especial?
Todos los títulos, las finales perdidas, que han sido pocas, pero que me han ayudado a crecer. Recordaré también a la afición. Aunque el Palau no siempre está lleno, cuando ves a gente como la peña Meritxell que siempre está, juegues a las tres o las nueve de la noche, se agradece mucho. Y también me llevo un gran recuerdo de los entrenadores: con Pasqui di un paso adelante muy importante, y con Carlos Ortega he sido capaz de seguir mejorando. Esta campaña está siendo la mejor en el Barça.
Un Barça que cambiará al mejor pivote del mundo por dos jóvenes promesas, Javi Rodríguez (Logroño) y Jaime Gallego (Torrelavega). ¿Qué le parecen?
Es una apuesta, pero me recuerdan a mí cuando llegué con 21 años. Jugar en el Barça supone una gran presión porque tienes que rendir siempre, pero estoy seguro de que los dos pueden crecer y aportar mucho. Atacan, defienden, son distintos, tienen mucha proyección, tienen talento, aunque habrá que tener paciencia.c