Caos temerario por Enrique y Meghan
La policía de Nueva York tuvo que proteger a los duques del acoso de paparazzi
Todo se quedó en un susto propiciado por el acoso periodístico. Pero un susto que les puso en el breaking news global.
El trágico espectro de la princesa Diana de Gales, fallecida en París en agosto de 1997 en un accidente de tráfico al que contribuyó una persecución de paparazzi, se proyectó este martes sobre su hijo, el príncipe Enrique, el díscolo de la monarquía británica, en una visita a Nueva York.
Según su portavoz, el hijo el menor de los descendientes del rey Carlos III, su esposa, Meghan Markle, y la madre de esta, Doria Ragland, estuvieron cerca de “un accidente casi catastrófico” por la persecución de los periodistas en Manhattan.
Los duques de Sussex estaban en la Gran Manzana porque Meghan recogió el premio a la Mujer de Visión. Esta era la primera vez que se les veía juntos tras la ceremonia de coronación de hace unos días, a la que ella no asistió, y también la primera tras los rumores de una crisis matrimonial de esta pareja que fascina en EE.UU.
“La persecución implacable, que se prolongó más de dos horas, tuvo el resultado de múltiples colisiones que implicó a otros conductores en las calles, transeúntes y dos agentes de la policía de Nueva York (NYPD)”, señaló la portavoz en un comunicado.
“Los pararazzi tuvieron una actitud altamente peligrosa. Sabiendo que personalidades de este tipo afrontan un alto nivel de interés público, esto nunca debería conllevar el coste de la seguridad”, añadió.
La policía de Nueva York emitió un comunicado este miércoles, una vez que la pareja había creado una urgencia mundial, en el que reconoció el “peligroso desafío” que afrontaron, pero rebajó el tono. “El duque y la duquesa de Sussex llegaron a su destino sin que se reportaran colisiones, lesiones o arrestos”, se recalcó.
Si bien consideró difícil de creer que hubiera una persecución de dos horas, el alcalde Eric Adams indicó que, aunque fueran diez minutos, la actitud de los paparazzi fue “inapropiada, peligrosa y temeraria en una ciudad con tanto tráfico y movimiento”. Adams entendió que, según las descripción de los duques, Enrique rememorara las circunstancias en las que falleció su madre.
“Todos lo recordamos. Sería horrible perder a un espectador inocente en un asedio como este y que algo les ocurriera también a ellos (los duques). Hemos de ser extremadamente responsables”, remarcó.
Los tres asistieron en el Ziegfeld Theater al homenaje que la periodista y activista Gloria Steinem rindió a Meghan Markle al entregarle el galardón por “su defensa global para empoderar y abogar en nombre de las mujeres y de las niñas y por visibilizar el racismo”. La protagonista subió al escenario al son de Girl on fire, el éxito de Alicia Keys, un himno.
Concluido el acto y entre parabienes, cogieron un taxi. Era sobre las diez de la noche. De inmediato, en ese entorno de Times Square, se vieron rodeados por una docena de paparazzi en coches, motocicletas y escúteres que realizaron maniobras peligrosas, incluso invadiendo las aceras, en sentido contrario, saltando semáforos y poniendo en peligro a los peatones.
Un pequeño grupo de policías les dio cobertura, una vez que ya no disponen de protección de la corona desde su renuncia en el 2020 y su mudanza a California, ni cuentan con despliegue diplomático al ser ciudadanos privados.
Los uniformados se vieron desbordados por la belicosa perseverancia de los perseguidores, que en varias ocasiones evadieron el cordón de policía.
Se produjo una situación de caos que el propio Enrique grabó con su móvil. Uno de los cámaras estuvo a punto de llevarse por delante a un uniformado. Dicen que la madre de Meghan estaba horrorizada.
Los agentes decidieron llevarlos a un cuartel (precinto 19) a un kilómetro y medio del teatro para que las cosas se calmaran y marcharan con tranquilidad. Lo hicieron sin daños físicos, aunque bajo el impacto emocional. Otra funesta ocasión para los protagonistas.c