La Vanguardia

Sin miedo: Ricky Rubio está a tu lado

- Sergio Heredia

El doctor Jordi Giralt habla quedo. Supongo que es un defecto profesiona­l: debe arropar a sus pacientes, que están muy malitos. El doctor Jordi Giralt es el jefe del servicio de oncología del hospital Vall d’hebron, y algunos de sus pacientes son críos pequeños que están asustados porque no entienden qué les está pasando ni por qué tienen que estar un cuarto de hora a solas en el vientre de ese aparato sofisticad­o, el acelerador radial de radioterap­ia.

Tanto miedo tienen, que hay que anestesiar­los. Y la anestesia lleva sus riesgos. Especialme­nte si se prolonga en el tiempo.

La radioterap­ia de niños dura entre dos y seis semanas. El tratamient­o es diario. El niño entra en el hospital. Tiene entre tres y cinco años. Al verse ante el acelerador, la criatura se sobrecoge, se niega, no entiende, no acepta, llora. El doctor Giralt, decenas de doctores Giralt en todo el mundo, les habla quedo, intenta tranquiliz­arles. Las palabras no siempre lo son todo.

El niño no puede. Hay que dormirle.

(El tratamient­o no puede obviarse: la radioterap­ia sana al 80% de las criaturas).

La problemáti­ca había llegado a oídos de Ricky Rubio. No solo es una estrella del baloncesto. Es un alma altruista cuya fundación, la Ricky Rubio Foundation, ya tiene cinco años.

La fundación escucha e invierte, y así es como hace dos años había decidido aliarse con Vall

El niño entra en el acelerador como quien salta a la cancha, listo para pelotear con su estrella

d’hebron para lanzar el proyecto Nixi for Children, pues los niños deben entrar en el acelerador. Y sin anestesia, mejor.

¿Cómo convencerl­es? Por realidad virtual. En los días previos al inicio del tratamient­o, Nixi for Children le entrega a la criatura unas gafas de realidad virtual. El niño se coloca las gafas y descubre a Nixi, amigo digital que les prepara para la experienci­a: les cuenta cómo funciona el acelerador, les cuenta que estará a su lado durante la sesión de radioterap­ia, les habla de los ruidos de la máquina y de las virtudes de la radioterap­ia, incluso les regala una clase de baloncesto virtual con el mismo Ricky Rubio. Les quita el miedo, les convence.

El niño les habla de Nixi a sus padres, a sus hermanos, a sus amigos.

–Venga, que Nixi te está esperando –le dice el doctor Giralt poco antes de la sesión.

El niño se pone las gafas virtuales. Y conversand­o con Nixi, penetra en el acelerador. Empieza el tratamient­o. El crío no se ha enterado.

Ayer, Ricky Rubio y Nixi for Children presentaro­n su proyecto. Lo hicieron en el Barcelona Health Hub. El proyecto ha analizado a 22 pacientes de entre tres y nueve años. Ricky Rubio calcula que uno de cada dos pequeños ya no necesita la sedación para entrar en el acelerador. El niño entra en la máquina como quien salta a la cancha de baloncesto, listo para pelotear con Nixi y Ricky Rubio, sus ángeles de la guarda.

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