Ecuador busca solución en las urnas
La oposición critica la disolución del Congreso por Lasso, pero acepta las elecciones
Ecuador sigue en calma pese a la crisis desatada tras la disolución de la Asamblea Nacional decretada el miércoles por el presidente Guillermo Lasso, al día siguiente de iniciarse un impeachment contra él en el Parlamento. En una cuestionada aplicación de la llamada muerte cruzada, el mandatario conservador convocó elecciones presidenciales y legislativas, pero mientras tanto podrá gobernar por decreto, y lo empezó a hacer el mismo miércoles al promulgar una reforma tributaria.
La incertidumbre se ha adueñado del país, aunque todo indica que la crisis se resolverá por cauces pacíficos, pues la situación creada es conveniente para Lasso, pero sobre todo para la oposición mayoritaria de Unión por la Esperanza (UNES), formación liderada desde su refugio belga por el expresidente izquierdista Rafael Correa (2007-2017), que se ve ganadora de unos comicios que deben realizarse antes de tres meses, en una fecha que anunciará el Consejo Nacional Electoral (CNE) en los próximos días.
A priori, solo se vislumbran dos nubarrones que podrían enturbiar el proceso, y ambos tienen que ver con el movimiento indígena, dividido ante la decisión del mandatario. Por un lado, existe la posibilidad de protestas en las calles convocadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), cuyo presidente, Leonidas Iza, ha dejado abierta esa posibilidad, en función de las medidas que tome Lasso por decreto en esta situación de interinidad. “Nos declaramos en vigilia permanente en defensa de los intereses del pueblo ecuatoriano”, dijo Iza el miércoles tras reunirse con la ejecutiva de la influyente organización, que en anteriores crisis logró paralizar el país con sus multitudinarias movilizaciones. Iza calificó de “autogolpe de Estado” la acción de Lasso.
El otro nubarrón son los recursos de inconstitucionalidad presentados por algunos diputados –muchos, indígenas– cesados por la clausura de la Asamblea Legislativa, que en las próximas horas resolverá la Corte Constitucional.
No obstante, el líder indígena más reputado, el excandidato presidencial Yaku Pérez, se mostró conforme con el proceso electoral que se abre y su primera reacción fue en clave de campaña. “No hay que festejar nada, pero sí es un alivio a la incompetencia e indolencia de la pesadilla que nos representaba el presidente Lasso”, afirmó Pérez, quien en los comicios del 2021 dio la sorpresa y estuvo a pocos votos de colarse en la segunda vuelta como candidato de la formación indígena Pachakutik. En un vídeo distribuido en sus redes sociales, Pérez habló en tono electoral e hizo un llamamiento a la unidad del movimiento indígena para “construir la tercera vía real” entre Lasso y Correa. “Es el momento de construir la opción preferencial de los más humildes, de la gente honesta, de los empobrecidos”, manifestó Pérez.
Por su parte, el coordinador nacional de Pachakutik, Marlon Santi, calificó de inconstitucional la disolución del Congreso, pero tampoco llamó a salir a las calles, aunque jugó con la ambigüedad. “Los asambleístas van a emprender
El partido de Correa, refugiado en Bélgica, se ve ganador y el presidente Lasso no descarta postularse
El líder indígena Yaku Pérez, la sorpresa del 2021, pide unidad al movimiento para ser la “tercera vía”
una lucha conjuntamente con el pueblo ecuatoriano en escenarios territoriales para el bien de los pueblos y nacionalidades, y en especial del conjunto de los ecuatorianos”, aseguró Santi.
Lasso puede postularse a las elecciones, pero no ha dicho si lo hará. El presidente que salga solo gobernará durante los dos años de mandato que le quedaban al exbanquero. Sin embargo, el presidente parece haber empezado la campaña. La reforma tributaria que el presidente promulgó por decreto –debe ser convalidada por la Corte Constitucional– representa una bajada impositiva y be
neficia sobre todo a la clase media.
En una entrevista a la CNN, Lasso justificó su decisión de aplicar la “muerte cruzada” atacando a Correa. El mandatario dijo que de esta manera ha evitado un “macabro plan de tomarse el control de las instituciones del Estado para producir impunidad y viabilizar el retorno de un presidente que ha sido sentenciado por corrupción por la Corte Nacional de Justicia y no quiere cumplir con la pena de ocho años de prisión”.
Refugiado en Bruselas, Correa no podrá ser candidato porque fue condenado a ocho años de cárcel y 25 de inhabilitación por corrupción, pero aspira a que un miembro de UNES logre la presidencia para luego anular su condena. El correísmo ganó las elecciones municipales de febrero y controlaba el parlamento fulminado por Lasso, donde impulsó el frustrado impeachment que se basaba en una acusación de malversación contra el mandatario por unos contratos de transporte marítimo de petróleo.
El expresidente calificó de “ilegal” la invocación por Lasso de lo que se conoce popularmente como “muerte cruzada”, mecanismo que pueden ejecutar bajo unos preceptos concretos tanto el legislativo como el ejecutivo y que conduce a la renovación de ambos poderes. Introducida precisamente por Correa en la Constitución del 2008, la “muerte cruzada” fue aplicada el miércoles por primera vez. Lasso alegó “grave crisis política y estado de conmoción interna” –una de las causas establecidas por la Carta Magna–, cuando en realidad trataba de evitar su destitución.
Las fuerzas armadas y la Policía Nacional, que acataron inmediatamente la orden de Lasso, mantienen rodeada la Asamblea Nacional, en Quito. Todo lo contrario a lo sucedido en Perú el 7 de diciembre pasado, cuando el entonces presidente izquierdista Pedro Castillo también disolvió el Congreso y convocó elecciones legislativas, aunque además decidió intervenir el poder judicial. Acusado de dar un autogolpe, Castillo fue inmediatamente detenido por sus escoltas, por orden de los mandos policiales y militares. Aún está en la cárcel.c