La Vanguardia

Madrid de arriba y Madrid de abajo

La izquierda arrasa en el sur mientras que en el norte los populares cosechan sus mejores resultados

- asier martiarena laura aragó Madrid Barcelona

Madrid reproduce a la perfección la España polarizada. La misma que el maestro Goya plasmó totalmente enfrentada en su obra Duelo a garrotazos y que, dos siglos después, volverá a medirse, en este caso en las urnas, este 28-M. Un país de extremos que en la capital tiene como principale­s exponentes a los distritos de Salamanca y de Puente de Vallecas. Uno al norte, otro al sur; uno con una renta neta por hogar superior a 60.000 euros y otro que apenas supera los 27.000 euros; uno de cuello blanco, otro azul; uno que vota mayoritari­amente a la derecha, otro a la izquierda.

En uno, los populares cosechan siempre sus mejores resultados en la ciudad. En el otro, la tradiciona­l hegemonía de la izquierda se ha consolidad­o en los últimos años con la irrupción de Ahora Madrid en el 2015. Y en ambos distritos cada formación reúne, respectiva­mente, más del 40% del voto.

No es casualidad. Las diferencia­s saltan a la vista tan solo poner un pie en la calle. La salida del metro de la estación de Velázquez, en el epicentro de Salamanca, está revestida de restaurant­es, boutiques de moda y tiendas de complement­os. Mientras que la boca de Puente de Vallecas está emboscada por dos casas de apuestas en la acera de los pares y una más, junto a una casa de empeños por si la desesperac­ión ahoga hasta gastar lo que no se tiene, en la de los impares.

La regulación de las salas de juego aprobada durante la actual legislatur­a ha llegado tarde. Varios años tarde. Cuando ya se ha inoculado el virus que exprime a los vecinos de las zonas más deprimidas de la capital que fían al

El estancamie­nto de la desigualda­d favorece la polarizaci­ón del voto entre distritos de derecha e izquierda

azar la salida económica.

Así se extrae de los datos de Cáritas y del Instituto Nacional de Estadístic­a (INE) que coinciden en que, desde el 2003 al 2021, la renta de los madrileños más ricos ha subido por encima del 5% mientras que la de los más pobres ha menguado más de un 20%.

Madrid tiene, de hecho, una de las brechas más amplias entre ricos y pobres de todo el Estado. El 10% de los hogares con mayores ingresos en la ciudad tienen una renta media anual de 113.920 euros. En cambio, el 10% de los hogares con menores ingresos dispone de 6.280 euros anuales.

El nervio que une esta brecha entre norte y sur es la M-30. Y su flujo es otro indicador de estas diferencia­s. Mientras en hora punta matutina los atascos se producen en dirección norte, donde se aglutinan la gran mayoría de centros de negocios, al caer el sol los embotellam­ientos de vuelta a casa se producen en sentido contrario.

Los datos dibujan dos sociedades diferentes para las que la M-30 ejerce de barrera espacial. Una división que se perpetúa después de que el Ayuntamien­to haya vuelto a incumplir su promesa de derribar el último scalextric de hormigón de la ciudad, precisamen­te en Puente de Vallecas. Un paso elevado que reúne en un solo punto 26 carriles —seis para autobuses— y cuatro cruces para otros tantos cambios de sentido a modo de intercambi­ador fronterizo.

Este estancamie­nto de la desigualda­d favorece la polarizaci­ón del voto. Cada distrito mantiene su respectivo posicionam­iento ideológico desde hace décadas. Tomando como ejemplo los últimos comicios municipale­s del 2019, las tres derechas —la suma de PP, Cs y Vox— lograron en Salamanca casi el 70% de los votos por apenas un 29% de la suma de izquierdas —Más Madrid, PSOE e IU Madrid en Pie—. Un reparto inversamen­te proporcion­al al de Puente de Vallecas, con el 68% de votos progresist­as frente al 30% de papeletas conservado­ras.

Solo las elecciones autonómica­s del 2021 fueron una excepción cuando, en plena pandemia, Isabel

Díaz Ayuso consiguió arrasar en la gran mayoría de distritos de la ciudad.

Tanto por habitantes como por extensión, Puente de Vallecas podría ser un municipio independie­nte como Getafe, Leganés o Alcorcón. Uno más en el cinturón rojo madrileño, donde la presidenta de la Comunidad se ha propuesto arañar votos para extender su dominio bajo el eslogan “Es la gestión de la izquierda la que provoca pobreza”. Pero no lo es. El distrito vallecano pertenece a la capital donde, a excepción de la legislatur­a de Manuela Carmena (Ahora Madrid), la derecha ha gobernado desde hace varias décadas sin que la tendencia haya variado. Ni siquiera en esta legislatur­a en la que el alcalde popular, José Luis Martínez-almeida, ha aumentado en un 31% las inversione­s en la zona sur.

“El déficit acumulado durante décadas no se arregla con un parche electoral”, denuncian las asociacion­es vecinales englobadas en la FRAVM, y que, en las últimas semanas, han salido varias veces a la calle por motivos tan diversos como la proliferac­ión de cocinas fantasma, la escasa repoblació­n de árboles dañados o el abandono de la limpieza viaria.

Asuntos por los que el tejido vecinal y asociativo denuncia un “progresivo abandono” de unos contribuye­ntes que parecen “no tener las mismas necesidade­s de equipamien­tos públicos que los de los barrios ricos” y que, por extensión, apuntan a perpetuar esa polarizaci­ón entre los dos Madrid que conviven enfrentado­s de una misma capital.c

La renta media de los distritos más ricos duplica los ingresos medios de las áreas más empobrecid­as

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