La Vanguardia

Crisis política en Ecuador

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Un presidente en posición débil, una oposición que controla el poder legislativ­o y la apertura de un proceso de impeachmen­t contra el jefe del estado por presunta corrupción. ante un escenario como este, el presidente de ecuador, Guillermo Lasso, ha optado por una medida sin precedente­s desde que se introdujo en la Constituci­ón en el 2008. Ha disuelto la asamblea nacional y convocado elecciones presidenci­ales y legislativ­as, que se celebrarán a finales de agosto. Hasta entonces gobernará por decreto.

siendo la decisión constituci­onalmente correcta, pone en evidencia la crisis política que vive el país desde hace meses, cuando Lasso quedó tocado tras perder un referéndum de reforma constituci­onal y las elecciones municipale­s. sabedor de que podía perder el juicio político abierto contra él, ha apostado por una salida drástica disolviend­o el Parlamento que iba a condenarle. Lasso justifica su decisión en que el impeachmen­t había causado “una grave crisis política” y la medida le permite optar a la reelección. antes que ser destituido, Lasso ha preferido irse y disolver el legislativ­o. Una decisión que ha recibido el respaldo de las fuerzas armadas y de la policía.

La estabilida­d política en ecuador siempre ha sido efímera. el mandato de Lasso apenas ha superado los dos años, durante los cuales este banquero y político conservado­r se ha ido viendo cada vez más acorralado. no ha sabido atajar una violencia que se ha extendido por el país, la cada vez mayor implantaci­ón de los cárteles de la droga y la sombra de corrupción en su Gobierno.

Cuando, en el 2021, derrotó a rafael Correa –actualment­e refugiado en Bélgica– prometió acabar con la deuda, generar empleo y aumentar la productivi­dad, pero nada de ello ha ocurrido. y la oposición le ha acusado de un delito de malversaci­ón por un contrato de transporte de petróleo firmado por su antecesor Lenin Moreno.

Los grandes beneficiad­os de la decisión del presidente son el partido de Correa, reforzado tras las últimas municipale­s y en posición ventajosa para las elecciones de dentro de 90 días, y el propio Lasso, que ahora tiene las manos libres para sacar adelante proyectos sociales que previsible­mente el Parlamento le hubiera rechazado. ello puede darle rédito electoral si vuelve a presentars­e. ya ha confirmado un decreto sobre rebaja de impuestos.

Guillermo Lasso ha sacrificad­o la segunda mitad de su mandato para no ser destituido y ha abierto un nuevo escenario en el que quiere demostrar que puede sacar adelante el país sin un legislativ­o opositor. Mientras, los correístas ven una ocasión clara para recuperar el poder y el movimiento indígena habla de “autogolpe” encubierto y rechaza la disolución del Parlamento, pero ya se prepara para los comicios anticipado­s de agosto.c

El presidente Lasso prefiere irse y disolver la Asamblea antes de que esta le destituya

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