Compra como un billonario

La plataforma china de venta en línea TEMU invade nuestro país con una publicidad agresiva: “Compra como un billonario”. Atención a lo de billonario. Porque los precios de los productos son tan baratos que permite la posibilidad de que, con poco, compres mucho, compres por comprar, compres porque sí, compres para tirar. Que el valor del dinero determine tu acción de necesitar y comprar, la relación con el producto, con el trabajo que hay detrás de la producción y entrega. El mensaje es claro: por el hecho de que seas pobre no vas a privarte de ser billonario. Que trabajen gratis por ti. Que te lo traigan ya hasta la puerta de tu casa.

TEMU es la plataforma más descargada en EE.UU. Antes lo ha hecho en Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Una parte de Europa está ahora arrasada por esta aplicación con más de cien tipos de productos feos, útiles y muy baratos. TEMU compite con Amazon, Aliexpress

y Miravia abaratando precios, al evitar intermediarios y almacenes. Del productor chino al usuario mundial.

¿Problemas? Todos, pero no importan. Falta de seguridad, cargos duplicados, servicio de atención al cliente defectuoso, entregas en mal estado. Su nicho es aquel segmento de la sociedad de pocos ingresos, que solo puede colmar su satisfacción de comprarse cosas si estan son extremadamente baratas. Alertar sobre este tipo de comercio voraz, de tierra quemada, choca con una cuestión clasista: exigir a la gente pobre que no compre objetos porque estos valen más que ellos.

Necesaria pedagogía. El valor de la calidad, la cuestión circular del comercio de proximidad. La fealdad, la mala calidad, la compulsión, ausencia de derechos laborales. Todo acompañado con una política social que haga sentir a la gente sin recursos que puede tener una vida armónica sin el placer de que unos esclavos fabriquen y otros te lleven a casa objetos comprados para sentirte billonario en medio del vertedero.c

Alertar sobre el comercio voraz choca con una cuestión clasista