Junts marca los comicios como un plebiscito entre “solvencia e incompetencia”
La gestión del Govern monocolor de Pere Aragonès es uno de los filones que trata de explotar Junts per Catalunya en esta campaña de los comicios municipales. Con el caos de las oposiciones y la dificultad del Ejecutivo catalán para aprobar un decreto por los problemas de la sequía aún recientes, la formación atribuye a los republicanos la etiqueta de la “incompetencia”.
Por ello, en Jxcat marcaron ayer desde Vilafranca del Penedès la cita del 28 de mayo como un plebiscito entre “solvencia e incompetencia”, y el presidente del grupo posconvergente en el Parlament, Albert Batet, reclamó una “amonestación” al Govern por la gestión. “Así no se puede seguir”, sentenció el diputado.
El secretario general del partido, Jordi Turull, también puso en el punto de mira a los consellers de Aragonès, a los que acusó de “sectarismo” por vincular a los votos que reciba ERC algunas de sus promesas. “Nosotros atenderemos a la gente vote lo que vote y piense lo que piense”, añadió.
Pero además, Turull entró ayer en el cuerpo a cuerpo con el PSC y con su líder, Salvador Illa, a quien echó en cara que hable de la “cultura de la queja”.
“Nos expolian fiscalmente, nos engañan año tras año en las inversiones, nos tienen en la indigencia ferroviaria y miran para otro lado cada vez que una resolución dice que pisan derechos fundamentales y libertades y aún viene Salvador Illa a decirnos que somos de la cultura de la queja”, reprochó el líder de Junts, que añadió que lo que proponen los socialistas catalanes es “pagar, obedecer y callar”. “Ni obedecemos, ni nos rendimos ni nos resignamos”, contrapuso el dirigente de Jxcat, que apuntó que a él le daría vergüenza “ser de un partido que está más preocupado de detener a Carles Puigdemont que de arreglar la situación de Rodalies”.
En la capital catalana, la candidatura de Xavier Trias en estos últimos días también ha realzado sus discrepancias con el PSC y le exige al candidato socialista, Jaume Collboni, que aclare si está dispuesto a volver a investir a Ada Colau.