La Vanguardia

El G-7 refuerza las sanciones a Rusia

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La cumbre del G-7 que comenzó ayer en la ciudad japonesa de Hiroshima tiene dos puntos prioritari­os en su agenda: Ucrania y China. La reunión, que agrupa a las naciones más ricas del mundo, prevé contar con la participac­ión del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, lo que añade más presión a Rusia, junto con el hecho de que la cumbre tenga lugar en una ciudad que resultó arrasada por el arma nuclear, la misma que Putin amenaza con utilizar en el conflicto bélico.

El objetivo de esta cumbre –que reúne a los máximos líderes de Estados Unidos, Francia, alemania, el Reino Unido, Italia, Canadá y Japón, además de los de la Unión Europea– es mantener e incluso aumentar la presión sobre Rusia y denunciar cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo por la fuerza. Ello pasa por defender el orden internacio­nal basado en el Estado de derecho, y el G-7 quiso ayer evidenciar su determinac­ión en este sentido. Los líderes afirmaron en un comunicado que Ucrania seguirá disponiend­o de apoyo financiero y militar para este año y principios del 2024. y están trabajando para tomar medidas enérgicas contra cualquier elusión de las sanciones que pueda suponer un aumento de los ingresos de Rusia. Habrá que ver en el comunicado final qué medidas concretas hay, además de un mensaje disuasorio a países y empresas que permiten a Moscú mitigar y esquivar los efectos de las sanciones.

El G-7 quiere privar a Vladímir Putin de la tecnología, el equipamien­to industrial y los servicios que le permiten mantener su maquinaria de guerra y ha anunciado que restringir­á el comercio y uso de diamantes extraídos, procesados y producidos en Rusia, para reducir los beneficios que Moscú obtiene de su exportació­n. La UE y el Reino Unido ya habían anunciado restriccio­nes drásticas, y ayer Rishi Sunak confirmó el veto británico a las importacio­nes de cobre, aluminio y níquel rusos, y Washington ha impuesto sanciones a más de 200 empresas y personas que colaboran con Rusia.

La participac­ión del presidente Zelenski, a quien se espera mañana en la reunión –aunque otras fuentes apuntaban que intervendr­á por vía telemática–, tras acudir ayer en arabia Saudí a la cumbre de la Liga árabe para recabar nuevos apoyos, servirá para que reitere su petición de más armamento, en especial aviones de combate. biden anunció ayer que EE.UU. apoyará un esfuerzo conjunto para entrenar a militares ucranianos para pilotar cazas F-16. Zelenski también tratará de convencer a potencias regionales presentes en Hiroshima, como India y brasil, para que tengan un papel activo a favor de una solución política.

En cuanto a China, esta cumbre es una oportunida­d para ver hasta qué punto se ponen de acuerdo los líderes occidental­es para aceptar un enfoque común sobre el gigante asiático. EE.UU. y Japón defienden una línea más dura contra Pekín, pero no está claro que los dirigentes europeos, en un momento en que se está recalibran­do la relación entre la UE y China, coincidan en esa política más agresiva.

La llamada “coerción económica” va a ser uno de los platos fuertes del encuentro, y habrá que ver cómo queda recogida en la declaració­n final. El G-7 intenta fijar un frente común sobre el creciente poderío militar chino, la amenaza a Taiwán y la extrema dependenci­a de muchos países, especialme­nte los europeos, de las cadenas de suministro vinculadas al gigante asiático. El objetivo es advertir a China de lo que el G-7 ve como una amenaza al suministro mundial y a la seguridad económica y depender menos de ella, sin romper con un socio comercial necesario.

En el capítulo de seguridad global, los líderes del G-7 firman un comunicado en el que abogan por un mundo sin armas atómicas, urgen a Rusia, China, Irán y Corea del Norte a cesar su escalada nuclear y definen el arsenal chino como una “preocupaci­ón para la estabilida­d mundial y regional”.c

Los líderes reafirman su apoyo a Ucrania a la espera de que participe Zelenski

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