La Vanguardia

Si Guardiola no fuese Guardiola

- Jordi Évole

Today is going to be the day (Hoy va a ser el día) / that they’re going to throw it back to you (en el que ellos te la van a devolver). Así arranca Wonderwall, de los Oasis, de cuando los hermanos Gallagher hacían ver que se soportaban encima de un escenario, antes de acabar como Ella Baila Sola. No sé si sonó en el Etihad Stadium antes de empezar el partido. No sería raro teniendo en cuenta que Noel Gallagher es al City lo que Rudy Ventura al Barça. Porque los británicos irán con calcetines y sandalias por Salou, pero en lo musical siempre tuvieron buen gusto.

La canción era premonitor­ia. El City llevaba un año con la estocada clavada: dos goles en los últimos tres minutos en el Bernabeu. El Madrid ha tenido muchas épocas: el Madrid yeyé, el de la Quinta del Buitre, el de los galácticos… y el de la temporada pasada: el Madrid esotérico. El paranormal. El Madrid que pedía a gritos un programa especial de Iker Jiménez para que los no madridista­s pudiéramos entenderlo.

El miércoles, ni con el baño que le estaba dando el City, nadie dio por muerto al Madrid. Tienes que ser un equipo muy especial para lograr eso. Y llegó el 4-0. Pero ni así. Un amigo me dijo: “Hasta que no les vea subidos al autocar y camino del aeropuerto no me lo creeré”.

El Madrid caía con estrépito en su competició­n fetiche. Es como si Ayuso perdiese unas autonómica­s en la Comunidad. Todavía tiene que nacer el Guardiola de Ayuso. Un hilo invisible une al Real Madrid con la presidenta. Por su gen ganador, por su mala convivenci­a con la derrota y por los recelos que despiertan ambos. Quien piense que el miércoles solo disfrutaro­n los culés acomplejad­os se equivoca.

El antimadrid­ismo (igual que el antiayusis­mo) está mucho más extendido por España de lo que algunos piensan. Principalm­ente en la España periférica. Pero también en el mismísimo Madrid. Es curioso, porque el Madrid actual tiene una de las plantillas menos odiosas de todos los tiempos, si exceptuamo­s las tonterías innecesari­as de un talento para el fútbol como es Vinícius. Por no hablar de Carlo Ancelotti. ¿A alguien le cae mal Carletto?

Puede ser por su condición de club Estado, o por la presidenci­a del todopodero­so Florentino Pérez, con recalifica­ciones de terrenos que convirtier­on la deuda blanca en beneficios. Pérez, uno de los grandes constructo­res españoles de obra pública, entre otras, capaz de convertir el BOE en su revista de cabecera, mientras su nombre aparece en papeles que confirman la dudosa financiaci­ón de ese partido del que usted me habla.

El antimadrid­ismo que se respira en según qué ambientes (más allá del barcelonis­mo, insisto) se puede comparar con el antiguardi­olismo, esa antipatía hacia el entrenador del City que ya viene de su época de jugador y que ha encontrado abrigo incluso en según qué corrientes barcelonis­tas.

Pep Guardiola es el mejor entrenador español de todos los tiempos. Nadie antes en nuestro país había ganado Ligas, Bundesliga­s

El antimadrid­ismo de según qué ambientes es comparable con el antiguardi­olismo

y Premiers. Ahora puede levantar su tercera Champions. Además, sus equipos han bordado el futbol, convirtién­dolo en un juego precioso.

Si Guardiola no fuese Guardiola, es decir, del Barça, catalán, independen­tista, amigo de Laporta, sería uno de los deportista­s españoles más grandes de la historia, a la altura de los Nadal, Gasol, Severiano o Indurain. Optaría al premio Princesa de Asturias del Deporte cada año. Y la prensa y el público le aclamarían al grito de “Guardiola, selección”. ¿Se imaginan a Guardiola entrenando a la roja?

Por cierto, los Gallagher se pueden volver a juntar si el City gana la Champions. Eso es una promesa y no raparse la cabeza.c

 ?? Martín Tognola ??
Martín Tognola
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain