La edad tampoco es lo que era
Joe Biden será candidato a la casa Blanca con 82 años, Warren Buffett es uno de los grandes inversores planetarios con 92, los mismos que uno de los financieros más temidos como es george soros y que un magnate de la comunicación como rupert murdoch. el papa Francisco tiene 85, nancy pelosi ha sido presidenta de la cámara de representantes hasta los 83 y, por si aún tuviéramos dudas acerca de que la edad no importa, solo hay que ver a Harrison Ford a los 80, encarnando el papel de indiana Jones en El dial del destino, estrenada el jueves en el festival de cannes. el edadismo ha muerto, o como mínimo anda peor de salud que la gerontocracia.
el aumento de la esperanza de vida y la mayor confianza que provocan en muchos grupos de población las canas está permitiendo que no sea tan grande ser joven, como proclamaba
Harrison Ford vuelve a ser Indiana Jones con 80 años y dice que los viejos son los héroes
un añejo eslogan de el corte inglés. o, como mínimo, que la edad sea menos barrera de lo que lo fue en otros tiempos. cuando en la pasada pandemia vimos en la comunidad de madrid como la edad avanzada era un elemento de discriminación para acceder a los hospitales, se nos quedó mal el cuerpo. comprobar como personas de ochenta o noventa años figuran en puestos de responsabilidad y aportan su experiencia constituye la mejor denuncia de aquella mala praxis.
y también debería ser un factor de reflexión en Francia, donde subir de 62 a 64 años la edad de jubilación ha servido para volver a incendiar las calles de parís, cuando la caja de las pensiones se vacía con la mayor expectativa de vida. no todas las profesiones son iguales ni exigen el mismo esfuerzo, pero, ciertamente, a menudo se pierde talento con jubilaciones anticipadas.
indy aparece en el filme en soledad, un tanto desvalido y desarmado. pero seguramente es un poco más sabio. en su encuentro con la prensa, Harrison Ford dijo que los verdaderos héroes de nuestro tiempo son los viejos. y cuando por sorpresa le entregaron una palma de oro honorífica se emocionó y se le escaparon las lágrimas. el tiempo nos hace más sensibles. por un momento, al actor se le vio algo torpe, como era indiana Jones. pero sobre todo digno, como ha sido siempre Harrison Ford.•