Irene Villa, compromiso por sorpresa
Su novio, David Serrato, le pidió la mano en el ‘backstage’ de un desfile
Con todo lo que Irene Villa ha vivido, pocos acontecimientos podrían romperle los esquemas. Por eso, su novio decidió darle un plus a un momento de por sí inolvidable y sorprenderla con algo completamente imprevisto: David Serrato le pidió la mano durante el desfile celebrado en Ibiza que cerraba la tercera edición del Inclusion Tour Fashion Day, la primera pasarela 100% inclusiva del mundo. Ocurrió el viernes por la noche e Irene estaba completamente en shock, tal como contaban a este diario desde las bambalinas del Hï Ibiza al cierre de un evento –en beneficio de la Asociación de Deporte Adaptado de Ibiza y Formentera (ADIIF)– al que puso colofón la actuación de Rebeka Brown.
La Vanguardia pudo hablar con Irene horas antes del show y no imaginaba que este momento pudiese llegar. Divorciada en el 2018 del padre de sus hijos, Juan Pablo Lauro, Irene vive el momento más dulce con David Serrato mientras su ex continúa su relación con Nuria Fergó. A la pregunta de si volvería a contraer matrimonio, esta fue su respuesta sin saber lo que estaba a punto de suceder: “Te prometo que yo siempre he dicho ¿para qué nos vamos a casar si todas las parejas se divorcian? (risas). Sin embargo, con David no sé por qué no lo descartaría, porque siento una paz… Fue conocer a David y, de repente, sentirme en casa. Y eso que él vive en Soria y yo en Madrid; cada uno hace su vida, viajamos, yo tengo tres hijos, él ninguno, los dos somos divorciados, sabemos lo que es convivir… Nos sentimos en casa pero cada uno en la suya (risas)”.
Irene, a quien un atentado de ETA truncó la vida cuando tenía 12 años –perdió ambas piernas– es licenciada en Comunicación Audiovisual, Humanidades y Psicología, ha publicado seis libros, escribe columnas, da conferencias y acumula oros y campeonatos en esquí adaptado, eslalon y esgrima. Si existe un ejemplo de superación personal, es el suyo. “Yo creo que hay pensamientos que ayudan, lo que crees lo creas y los pensamientos van a condicionar tu vida; no es tanto lo que te pasa, sino cómo tú lo afrontas. Es una forma de inteligencia emocional, de plantearse ¿para qué voy a sufrir si no merece la pena? El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”.
Respecto a su cambio de vida recién sobrevenido, esto decía hace unos días: “A veces es mejor echarse de menos y no de más porque se rompen cosas maravillosas por la convivencia. Un día me dice David: ‘Oye, pero si nos casamos, ¿podremos seguir viviendo cada uno de nosotros en nuestra casa?’. Le respondí que por supuesto, podemos hacer lo que queramos, pero la libertad para mí es innegociable”. Si un anillo en el anular es capaz de obrar el milagro, lo sabremos pronto.c