La Vanguardia

Invasión de felicidad

El Barça campeón celebra en casa y a lo grande su primera Liga en cuatro años

- Carles Ruipérez

Pasillo al campeón. Vuelta de honor. Fiesta de campeonato. Como correspond­e. Dejen paso al mejor equipo de la Liga 22-23. Ola para los héroes. De pie para recibir y despedir al ganador. Palmas y olés. Confeti con los colores de la senyera y discursos triunfales. Manteo a Xavi, el entrenador, y cánticos. “Sí, sí, la Liga ya está aquí”. La vigésima séptima del club y la última del Estadi que era nuevo y se ha quedado antiguo. Ni el Barcelona se había olvidado de ganar títulos grandes ni el barcelonis­mo se había olvidado de celebrar. Cuatro años después de la última Liga el Camp Nou volvió a festejar el título de todo un año. El que empezó a ganar el 13 de agosto frente al Rayo, el que certificó la semana pasada en el derbi, por el que salió en rúa el lunes y el que acabó levantando por fin ayer. “Campeones, campeones”.

A las 23.01 horas, Sergio Busquets subió al palco, donde el presidente de la Federación, Luis Rubiales, le entregó el trofeo y el capitán lo recogió y elevó al cielo. Su primera Liga como capitán. Después, bajó y lo repitió delante de sus compañeros para hacer las delicias de los 88.049 espectador­es presentes. Gavi, Araújo y Pedri, que no estaban en la convocator­ia, no se lo quisieron perder y también se vistieron de corto.

No hubo prisas. Nadie quería irse. Tampoco en la grada. Estaban en casa, el Barça y su afición. Eran dueños de la noche. Los jugadores no tuvieron que correr. El vestuario podía esperar. Al contrario, con pausa, saboreando el momento, los futbolista­s de Xavi dieron hasta la vuelta de honor y lo disfrutaro­n primero con los compañeros y después con las familias. Era un día para estar y permanecer sobre el césped.

Y de hacer el rondo gigante, con jugadores y cuerpo técnico, todos unidos de la mano, que no se pudo completar en Cornellà.

La única invasión fue de alegría, de emoción, de euforia, de apoteosis. Al Camp Nou lo invadió un sentimient­o de orgullo con un equipo que ha dominado el campeonato, en una comunión de público y equipo que se lleva demostrand­o todos estos nueve meses.

Cuando pitó el árbitro el final, se dio rienda suelta a la celebració­n. No importó que igual que después de la Recopa de Basilea y de la primera Liga del dream team con Cruyff, la Real Sociedad aprovechó la fiesta local para llevarse la victoria después de hacer el pasillo con deportivid­ad.

La jornada propiciaba la celebració­n. El 20 de mayo es una fecha destacada dentro del calendario culé desde hace 31 años, cuando Koeman batió a Pagliuca en Wembley para dar al club su primera Copa de Europa. Igual que aquel título acababa con una historia de penurias en el máximo torneo continenta­l, esta Liga significa el final de unos años duros y difíciles, dubitativo­s en lo deportivo y convulsos en lo institucio­nal. El título devuelve la alegría al barcelonis­mo. El club ha levantado la cabeza. Y el técnico, Xavi, es el primero en agradecer la tranquilid­ad, la confianza y la estabilida­d que aporta.

El Camp Nou saltó y se agitó como en los mejores tiempos para festejar a un equipo que le ha devuelto la alegría

Hasta Raphinha se peinó para la ocasión. Llegó al Estadi con gorro para guardar la sorpresa: pelo rubio platino con dos franjas azul y grana. Y es que las celebracio­nes son días de reafirmaci­ón, de gritar “Barça” a pleno pulmón, como en el himno, pero pocas cosas unen más que el eterno rival. “Madridista qui no boti” fue el greatest hit, esa canción que no pasa de moda, que se sabe todo el mundo, que te hace ser partícipe. Y el Camp Nou saltó con ganas, como hacía tiempo que no se agitaba.

Todo el estadio se acordó de Messi como deseo de futuro y la grada de animación coreó a Ter Stegen, Busquets, Lewandowsk­i y Xavi, pero también dio la nota con la rivalidad con el Espanyol tras los hechos de Cornellà. “A Segunda, oé”, les dedicaron para empezar. El repertorio siguió con “El martes en Pucela no podéis ganar” pues el Barça visita al Valladolid, rival directo por la permanenci­a. “Perico, recuerda, eres una mierda” y “Muerte al Espanyol”, acabaron. El resto del Camp Nou no les rió la supuesta gracia ni les siguió la broma de mal gusto.

Toda la celebració­n fue presidida por el lema de los campeones: “La lliga és nostra, el futur, també”. De ellos depende que se haga real y se convierta en premonitor­io. La Liga que se celebra es la piedra sobre la que edificar.

 ?? ?? El trofeo. La p aeailla barcelonis­ta posa alborozada con el trofeo de campeón de Liga
El trofeo. La p aeailla barcelonis­ta posa alborozada con el trofeo de campeón de Liga
 ?? Slibert Teixidó ?? Pasillo. La Real Sociedad homenajea al Barça en los prolegómen­os del partido, anoche en el Camp Nou
Slibert Teixidó Pasillo. La Real Sociedad homenajea al Barça en los prolegómen­os del partido, anoche en el Camp Nou
 ?? LMTRRCE DRTNTIM ??
LMTRRCE DRTNTIM

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain