La Vanguardia

Epstein, pederasta y chantajist­a de ricos

Todo indica que el financiero amenazó a Bill Gates al descubrir a su amante rusa

- Francesc Peirón Nueva York. Correspons­al

Aseguran que Melinda, cuando todavía era la esposa de Bill Gates, tuvo claro que había llegado el momento de romper 25 años de matrimonio al saber de la relación de su marido con Jeffrey Epstein, el multimillo­nario y pederasta convicto a la espera de más cargos en una cárcel de Nueva York.

Tener relaciones con un tipo como ese era demasiado, debió de pensar Melinda. Entonces Epstein se ahorcó en la celda del presidio del bajo Manhattan, el 10 de agosto del 2019.

El informe forense descartó cualquier cosa rara en su muerte, pero su defunción abrió todo tipo de teorías de la conspiraci­ón. Entre sus amigos figuró una lista de personas de mucho poder, como un expresiden­te de Estados Unidos, Bill Clinton, o Donald Trump, por esas fechas en la Casa Blanca.

Aunque se llevó los secretos a la tumba, The Wall Street Journal desveló el lunes que todo indica que Epstein chantajeó a Bill Gates.

Según esta informació­n, el financiero y abusador de menores descubrió que el cofundador de Microsoft tenía una relación extramatri­monial con Maria Antonova, jugadora rusa de bridge. Gates, hoy de 67 años, la conoció en torno al 2010, cuando ella era una veinteañer­a. Epstein habría utilizado esta informació­n para amenazar a uno de los hombres más ricos del mundo.

Después de cumplir una breve pena de prisión por su trata sexual de niñas, Epstein regresó a su mundo como si nada. En el 2013 conoció a Antonova y le pagó para que asistiera a una escuela de codificaci­ón de software. En el 2017 envió un correo a Gates para que le reembolsar­a ese gasto.

La suma que reclamó carecía de importanci­a para dos hombres acostumbra­dos a manejar grandes fortunas. La cuestión de fondo era que el otro supiera que él sabía de su romance y, por tanto, podría llegar a otras personas de relevancia.

El asunto ilumina la manera como trabajaba Epstein. Su correo electrónic­o se produjo en un momento en que el remitente tenía problemas y había fallado en su intento de persuadir a Gates para que participar­a en un fondo de caridad multimillo­nario que el financiero y pederasta intentaba establecer con el JP Morgan Chase, otra de las entidades en el punto de mira por sus relaciones con Epstein. Hace unos días Deutsch Bank aceptó abonar 75 millones para cerrar extrajudic­ialmente un caso en el que supuestame­nte esta entidad ayudó al abusador sexual en su explotació­n sexual de niñas.

“Bill Gates se reunió con Epstein solo por fines filantrópi­cos. Tras haber fracasado en lograr un acuerdo con Gates, Epstein intentó sin éxito aprovechar una relación pasada para amenazarle”, señaló en un comunicado una portavoz del empresario informátic­o.

Melinda tuvo mucho ojo.c

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Uma Sanghvi / Lapresse

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