Pendientes de Barcelona
La foto que ilustra la portada de La Vanguardia de hoy es la vigésima que reúne a los candidatos que se han presentado por la circunscripción de Barcelona a unas elecciones generales, catalanas o municipales. La iniciativa que puso en marcha nuestro fotógrafo Pedro Madueño en 1984 y que reunió sentados frente a una urna a Eduard Bueno, Heribert Barrera, Jordi Pujol, Raimon Obiols y Antoni Gutiérrez Díaz se fue sofisticando con el paso de los años y los diferentes candidatos tuvieron que hacer toda clase de piruetas y aparecer en los escenarios más inverosímiles para dar fuerza a esta portada. Pedro le ha pasado el relevo a Xavier Cervera, que ayer debutó en estas lides y reunió a los siete cabezas de cartel barceloneses en un barco en el puerto y con el testimonio emblemático de la Copa del América en sus manos.
Por tanto, esta foto ya es un clásico en la historia de nuestro diario, pero seguramente hoy tiene más sentido que nunca porque la elección del futuro alcalde o alcaldesa de Barcelona se antoja como la más reñida de todas las más importantes que se van a producir hoy en España. Con permiso de la batalla por la comunidad y la ciudad de Valencia, que penden de mayorías muy oscilantes, en Barcelona haynimásnimenosquetrescandidatosquellegancasiempatadosa la recta final y un cuarto, al que no habría que descartar, porque, para empezar, fue quien ganó las anteriores elecciones.
Hay muchas incógnitas en esta jornada electoral. Desde saber quién logrará más votos absolutos, si el PP o el PSOE, o conocer si los populares pueden recuperar algunas de las comunidades que hoy están en manos de los socialistas. Pero Barcelona va a tener un interés especial por la gran igualdad existente y por lo que representa. Tampoco está claro que hoy se conozca el nombre del futuro alcalde o alcaldesa porque dependerá de futuros pactos. Ernest Maragall ya sabe lo que es ganar y estar después cuatro años en la oposición.
Pocas veces en los últimos años el voto de los barceloneses ha despertado tanta expectación. Los electores tienen en sus manos la decisión sobre el modelo de ciudad que quieren para estos próximos años. Por eso su participación es tan importante. Hoy no pueden fallar a Barcelona.