Un informe revela los brutales métodos de entreno de los Navy Seals
La muerte de un candidato en un curso de formación desata una investigación
Los Navy Seals, como los que realizaron la operación para matar en Pakistán a Osama bin Laden en 2011, son verdaderamente de película. Tipos duros donde los haya. Pero no tanto.
Así lo creen los jefes encargados de formar a estos militares de élite ante el incremento de los abandonos. La culpa no reside en que los sometan a situaciones peligrosas, incluso mortales, que los llevan a la extenuación, sin vigilancia y una pobre atención médica, lo que les conduce a tirar la toalla o a recurrir a las drogas.
No, los malos resultados se deben a que la generación actual es “demasiado blanda”, sostienen los responsables de las prácticas.
Todas estas conclusiones forman parte de un informe de casi 200 páginas muy crítico con los responsables de la educación y entrenamiento de este cuerpo. En este documento se caracteriza de “tormenta casi perfecta” el curso básico de demolición submarina de los Navy Seals, programa conocido como BUD/S, nombre que de por si resulta más que ilustrativo.
“La investigación reveló un grado de complacencia y atención insuficiente en una amplia gama de elementos importantes destinados a mantener la seguridad de los estudiantes”, señala en su redactado.
Este curso de seis meses ha dejado varios heridos y un muerto. Fue precisamente la defunción en febrero del 2022 del marinero Kyle Mullen, aspirante a los Navy Seals, la que hizo saltar las alarmas.
La tasa de deserción es del 70 al 85% por clase. El curso se realiza en la playa de la base de Coronado, en San Diego, al sur de California.
Los candidatos están sujetos a un tiempo limitado de descanso, a largos periodos sumergidos en agua helada, a golpes y patadas o constante ejercicio físico y entrenamiento de combate, sin recibir atención sanitaria a menos que no abandonen el curso. Los estudiantes explicaron que de forma regular los médicos no intervienen y a veces participan en los abusos.
Kyle Mullen sufrió neumonía y otras dolencias durante los días de la sección más agotadora, que se conoce como “la semana del infierno”, seis jornadas en las que solo se les permite dormir cuatro horas.
La web oficial explica que “los candidatos están interminablemente en formación, empapados en la playa o hasta la cintura en el agua con el viento frío del océano”.
Los investigadores determinaron que la atención sanitaria estaba “mal organizada, mal integrada y mal dirigida”. Deducen que se trata de “factores que tienen probablemente el impacto más directo en la salud y el bienestar de los estudiantes”.
Mullen, que completó la “semana del infierno”, no recibió atención significativa de los instructores ni tampoco del personal médico. Cuando su estado empeoró y tenía dificultades para respirar, los oficiales médicos a cargo advirtieron en dos ocasiones a los participantes que no llamaran al teléfono 911 de emergencias porque interferiría con los entrenamientos, señala el informe.
Según mandos de la marina, diez personas identificadas en el informe, entre estas dos de alto rango, se enfrentan a una posible imputación.
Cuerpo de élite del ejército de EE.UU., los Navy Seals viajaron a Pakistan para ejecutar a Bin Laden