La Vanguardia

La barrera, la decisiva guillotina electoral

El umbral aparece hoy como posiblemen­te crucial en el desenlace de los comicios madrileño, valenciano y cántabro

- Anxo Lugilde s /Gt yi ag iiscikggp

En 10 de 30 circunscri­pciones que votan hoy, así como en la Comunidad Valenciana, basta superar la barrera legal del 3% o el 5% para tener representa­ción. Se trata de una cifra elevada en comparació­n con la del Congreso de los Diputados, en el que solo sucede lo mismo en dos de sus 52 circunscri­pciones. El conjunto de los parlamento­s autonómico­s supera en 3,5 veces el número de diputados del Congreso, en el que para obtener escaños se requiere sacar porcentaje­s bastante mayores a su 3% de listón legal, salvo en Madrid y Barcelona.

Como también ocurre en las elecciones municipale­s en las zonas urbanas, el umbral mínimo resulta clave en las autonómica­s. Hoy podría ser decisivo en la plaza más codiciada, la Comunidad Valenciana, además de en Madrid y Cantabria, e incluso en Baleares, Aragón y, con menos probabilid­ades, en La Rioja. Además de tal vez ser relevante en Murcia.

Estas son las previsione­s que emanan de las encuestas. En el escrutinio ya se verá, como indica el reciente patinazo demoscópic­o griego. Pero estos más de 40 años de autonomía muestran la relevancia de las barreras, por las veces que han dejado fuera de los parlamento­s a partidos y, sobre todo, por el denodado empeño de diversas fuerzas políticas en intentar amoldarlas a sus cálculos.

Este umbral mínimo, expresado en un porcentaje de votos, tiene por objeto reducir la fragmentac­ión parlamenta­ria y facilitar la gobernabil­idad. Cuando entra en acción, funciona como una guillotina electoral. Aniquila al partido que no lo alcanza, pues sus votos no son tenidos en cuenta en lo importante, el reparto de escaños, lo que suele favorecer a los grandes.

En España opera en todas las elecciones salvo en las europeas y se aplica en cada circunscri­pción, si bien con algunas excepcione­s autonómica­s. La más destacada es precisamen­te la del, en apariencia, territorio clave de hoy, la Comunidad Valenciana, que exige superar el 5% en toda la autonomía. Por ejemplo, con el criterio habitual de la circunscri­pción, el CDS habría obtenido dos diputados por Alicante en 1991, lo que habría impedido la apurada mayoría absoluta del socialista Joan Lerma.

También hay la barrera autonómica en Canarias, pero, tras la reforma del 2018, es más baja, al reducirse del 6% al 4%. Y hay otra complement­aria del 15% en cada isla, lo que favorece a las fuerzas propias de La Gomera y El Hierro. En Extremadur­a existe un listón provincial y otro autonómico, del 5%, que se combinan, lo que da más facilidade­s para superarlos.

Asturias, Aragón, Murcia y Navarra aparecen como las comunidade­s que votan hoy en las que resulta más fácil obtener representa­ción. Su umbral está en el 3% y cuentan por lo menos con una circunscri­pción de gran tamaño, de 34 diputados o más. En Castilla-la Mancha rige ese mismo listón del 3%, pero desde que la popular María Dolores de Cospedal promovió una brutal reducción del número de diputados, rebasarlo no garantiza nada de nada.

En Madrid, La Rioja, Cantabria y Baleares, la barrera se sitúa en el 5%, como en las municipale­s. Saltarla asegura en estas autonomías sacar diputados, si bien en el caso balear solo en la isla de Mallorca.

Si en Valencia el umbral aparece como clave para que gobierne el bloque del centroizqu­ierda o el de la derecha, por si entra o no la alianza de Podemos e IU, en Madrid, en teoría, lo sería para la obtención de la mayoría absoluta por

En diez demarcacio­nes que votan hoy, superar el umbral legal asegura el escaño; para el Congreso solo sucede en dos

En Valencia, el listón del 5% debe superarse en toda la comunidad e incluye los nulos, algo insólito en España

Desde 1980, nueve autonomías han movido sus barreras, producto de maniobras de ingeniería electoral

la popular Isabel Díaz Ayuso, si Podemos no llega al 5%.

Podemos e IU también están en el alambre en Cantabria, situación quizá crucial para que se salve o caiga el regionalis­ta Miguel Ángel Revilla. Y el umbral puede repercutir en el complejo puzle maño, según qué partidos lo superen en Zaragoza. En La Rioja, más remotament­e, podría influir en la gobernabil­idad el hecho de que la alianza de la España Vaciada con los regionalis­tas logre representa­ción, mientras que en Baleares, el regionalis­ta El Pi pelea con la barrera. En Murcia, la cuestión es simbólica, por si por fin el partido de Cartagena obtiene un escaño.

Hay otra excepción valenciana. Su barrera se calcula sobre todos los votos, nulos incluidos, mientras que en el resto de elecciones solo computan los blancos y los de los partidos. El umbral de Valencia es así un poco más alto. Traducido a cálculo habitual en España, la media de este siglo está en un 5,06%.

Los cambios registrado­s desde el inicio de la autonomía en la barrera de nueve comunidade­s, en Euskadi dos veces y en Catalunya ninguna porque se rige por la ley española, muestran que son el gran objeto del deseo de los ingenieros electorale­s. Son los que tratan de ajustar las normas a sus cálculos, como hizo en 1992 el gallego Manuel Fraga, que por algo era catedrátic­o de Teoría del Estado y Derecho Constituci­onal.

 ?? ??
 ?? MANUEL BRUQUE / EFE ?? El umbral puede ser clave para la continuida­d de Ximo Puig
MANUEL BRUQUE / EFE El umbral puede ser clave para la continuida­d de Ximo Puig
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain