Venid Espíritu Santo, regad lo que está seco...
Así reza la Secuencia de esta solemnidad cristiana, poema litúrgico atribuible al arzobispo de Canterbury Stephen Langton (aprox.11501228). Celebramos el Pentecostés, que lleva a la plenitud la resurrección de Cristo. La Iglesia reza por todo el mundo y pide el Espíritu divino: el agua de la vida y del amor, que hará fecunda nuestra existencia, a menudo tan sucia y reseca. Que el Espíritu Santo “lave lo que está sucio, riegue lo que está seco, y sane lo que está enfermo”. El ruego que el Espíritu lave, riegue y sane, este año va más allá y nos hace pensar en dos preocupaciones muy concretas: la sequía y las elecciones.
Esperamos al Espíritu en tiempo de gran sequía que tiene efectos devastadores para los cultivos, la ganadería y la vida de las comunidades rurales, pero también para el resto de la humanidad. En las comarcas del obispado de Urgell y en todo el país, los payeses son muy vulnerables: tendrán pérdidas millonarias. Necesitamos nuevos sistemas de producción más sostenibles, y tecnología y propuestas innovadoras. Las previsiones para el futuro no son alentadoras. Las comunidades rurales que dependen de la agricultura y la ganadería serán cada vez más vulnerables a los efectos del clima. Y, además, la sequía puede provocar conflictos entre comunidades por el acceso a los recursos naturales. Es un desafío que reclama implantar estrategias de mitigación y adaptación y fortalecer la inversión en investigación y tecnología. Estamos sufriendo mucho, por eso suplicamos que Dios providente tenga piedad y nos ayude.
También en esta fiesta de Pentecostés, cuando tienen lugar las elecciones municipales en Catalunya y elegimos a nuestros alcaldes y concejales, también hace falta que sea regado lo que está seco. El ayuntamiento es la administración más próxima, y donde los representantes son más conocidos y cercanos. No dejemos de participar y de discernir personas y programas, para ser más responsables de este deber democrático. Pedimos que el Espíritu Santo encamine hacia la verdad plena a todos los que saldrán elegidos, para que se esfuercen en trabajar con compromiso ético por el bien común, a no caer en egoísmos de pueblo o de ciudad, a creer en la participación ciudadana y concretar los grandes valores democráticos de la verdad, la justicia, la libertad, la distribución de la riqueza, la apertura a los migrantes y
Que alcaldes y ediles trabajen con compromiso ético por el bien común
la opción preferencial para los que son más vulnerables. Derrotemos el desánimo y el catastrofismo con la participación y la colaboración por el bien común y el progreso en los temas que interesan a todos, como la vivienda, la salud, la educación o las infraestructuras que ayuden el día a día de las personas, pensando en las más necesitadas.
Pentecostés es fiesta de misión y de universalidad, de unión de la pluralidad de lenguas en la única que todos entendemos, la lengua del amor; y es fiesta de las lenguas del fuego de la libertad, del compromiso por un mundo nuevo, de la búsqueda amorosa de la verdad plena, la que nos hará libres y hermanos.