‘Déjà-vu!’
Banderas peruanas ondeando desde los pisos superiores del Palau,
público de pie y el tenor Juan Diego Flórez, guitarra en mano, despidiéndose satisfecho y pleno. ¿Cuántos recitales de Flórez han acabado así en Barcelona en los últimos años?
Privilegios de los barceloneses el poder ver y disfrutar del peruano de oro, de su intachable línea canora, de su fraseo aristocrático, articulación, control de la emisión, todo eso sigue allí a sus ya cumplidos cincuenta años. y, sin embargo, qué sensación de recital ya visto, de experiencia ya vivida y de eterno retorno al formato de recital de canciones y arias, rutinario y previsible.
Primera parte de calentamiento, excepto el fantástico bloque rossiniano final. Sí, porque Flórez ha sido el mejor cantante rossiniano del siglo XXI y donde hubo, retuvo. Asombró todavía su infalible seguridad técnica y dominio del registro agudo en la endiablada La speranza piú soave de la Semiramide,
con la que acabó imperial antes del descanso. La voz ha perdido el brillo de antaño, sí, pero ha ganado colores y el esmalte dulcificado de su expresión se muestra más generoso y natural, sin el encorsetamiento a veces criticado.
En los Verdi de la segunda parte, lo más novedoso y estimulante del programa, arias de Un ballo in maschera yde Luisa Miller, Flórez mostró un canto impoluto, de un lirismo bien construido, pero sin la morbidezza de un verdadero tenor lírico. La inteligencia del tenor lo llevó por el candor del canto, nunca forzando el sonido, siempre recogido y casi liederístico, ¿por qué no explora ese repertorio? Una original y poco escuchada aria de Le Villi de Puccini con los agudos emitidos, con su soberbia autoridad, cerró el programa oficial sin ovación de pie, que sí bramidos de satisfacción.
Después de dos canciones napolitanas, con el siempre solicito y resolutivo Scalera al piano, el cierre del recital, guitarra en mano marca de la casa, por fin levantó al público de su asiento. Un público que parece no se cansa de un formato déjà-vu! Solo apto para fans de divos a la antigua usanza.c