La Vanguardia

John Travolta, el rey de la pista

El actor se convirtió en estrella del cine gracias a los números de baile que protagoniz­ó en sus películas

- Isabel Clarós B elon

Vestido con un traje sastre banco de tres piezas con pantalón ajustado en la cadera y acampanado abajo y el brazo derecho hacia arriba apuntando hacia la enorme bola de espejos que cuelga del techo: es la imagen de Tony Manero, icono de los setenta que marcó una manera de bailar. Ese personaje de la película Fiebre del sábado noche encumbró a John Travolta a la fama y le dio la primera de las dos nominacion­es que ha tenido al Oscar. Aquel joven, que se creía el rey de la disco, cumple hoy 70 años de una vida marcada por el éxito, el baile y también la tragedia.

John Joseph Travolta nació el 18 de febrero de 1954 en New Jersey, aunque sus abuelos eran de Palermo. El menor de seis hermanos demostró desde muy pequeño talento para la interpreta­ción, y a los 16 años dejó los estudios para perseguir su sueño. En 1975 fue elegido para La lluvia del diablo. Era la segunda audición a la que se

A la izquierda, como Tony Manero, su salto a la fama con ‘Fiebre del sábado noche’. Arriba, con su mujer, la actriz Kelly Preston, con quien tuvo tres hijos. Y abajo, de izquierda a derecha: en noviembre de 1985 en la Casa Blanca con Diana de Gales, junto a Olivia Newton John en ‘Grease’ y con Uma Thurman en ‘Pulp Fiction’ presentaba, y aunque la película de terror pasó sin pena ni gloria, marcó su vida, pues coincidió con la actriz Joan Prather, que le introdujo en la cienciolog­ía, de la que es un miembro activo.

Al año siguiente rodó Carrie, que fue un éxito, aunque su papel era secundario, y el telefilme El chico de la burbuja de plástico, en que inició una relación con su compañera de reparto, Diana Hyland, 18 años mayor que él. La relación se truncó trágicamen­te a los pocos meses a causa del cáncer.

Este duro golpe, Travolta lo superó gracias al baile. El productor Robert Stigwood le ofreció protagoniz­ar Fiebre del sábado noche y tras un duro entrenamie­nto físico y muchas horas encerrado en un estudio de danza, el incipiente actor se convirtió también en bailarín, una etiqueta que le acompañarí­a ya para siempre. Sobre todo después del enorme éxito de la película discoteque­ra con banda sonora de los Bee Gees, estrenada en Estados Unidos en diciembre de 1977.

Apenas seis meses después, en junio de 1978, Travolta volvió a la

gran pantalla con un éxito mayor, si cabe, Grease, cuyos números musicales han marcado a muchas generacion­es y que él conocía, pues había participad­o en algunas funciones cuando era solo un musical de Broadway. Adem·s, gracias a esa película, conoció a Olivia Newton-john, que se convirtió en una de sus mejores amigas hasta que murió en el 2022.

Pero tras Grease su carrera cayó en declive, a excepción de Mira quien habla y sus secuelas, que fueron un éxito de taquilla. Hasta que Tarantino y otro baile cambiaron su suerte. Fue en 1994 y el director eligió a Travolta para encarnar a Vincent Vega, un asesino a sueldo que tiene que cuidar a Mia Wallace (Uma Thurman), la esposa de su jefe. La película ganó la Palma de Oro en Cannes, y Travolta, su segunda nominación al Oscar. Pero si hay algo por lo que es recordada la película es por el twist ( You never can tell, de Chuck Berry) que bailaron Travolta y Thurman. Desde entonces los éxitos cinematogr·ficos se fueron sumando: Phenomenon, La delgada línea roja, Colores primarios, Hairspray o Asalto al tren de Pelham, entre otros.

A finales de los ochenta, cuando su carrera iba de fracaso en fracaso, conoció a la actriz Kelly Preston, con la que se casó en 1991 y enviudó hace casi 4 aòos. Tuvieron tres hijos: Jett (1992), Ella (2000) y Benjamin (2010). La tragedia les sacudió en el 2009, cuando el mayor, que sufría la enfermedad de Kawasaki, murió durante unas vacaciones en las Bahamas. Ahora Travolta vive dedicado a sus dos hijos menores y a la aviación. Es piloto y cuenta con una flota de cinco aviones, incluido un Boeing 707, que tiene aparcados en su casa de Florida, Jumbolair, que cuenta con una pista de aterrizaje.

La semana pasada el actor protagoniz­ó una polémica en Italia, en el festival de San Remo, donde acudió como estrella invitada y le obligaron a bailar Los pajaritos, una escena en la que se vio ridículo y por eso obligó a la RAI a eliminarla. Afortunada­mente para el recuerdo, fuera de la gran pantalla siempre nos quedar· la elegancia del actor, en la Casa Blanca, en noviembre de 1985, que a petición de Nancy Reagan, invitó a bailar a Diana de Gales. Hace unos días el príncipe Enrique recordó ese momento de su madre al recibir de Travolta el título de Leyenda viva de la aviación. ●

 ?? Su s	t B u
	vard / G	tty ??
Su s t B u vard / G tty
 ?? ?? Bailes recordados.
Bailes recordados.
 ?? I stagram ??
I stagram
 ?? Param u t Pictur	s / G	tty ??
Param u t Pictur s / G tty
 ?? Sunset Boulevard / Getty ??
Sunset Boulevard / Getty
 ?? ANNE-CHRISTINE POUJOULAT / AFP ??
ANNE-CHRISTINE POUJOULAT / AFP

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain