Junts se ofrece al Govern para negociar los presupuestos al alejarse los comunes
Batet pide al president menos tributos y reducir la burocracia como condición
El presupuesto de la Generalitat del 2024 corre riesgo de descarrilamiento y fue ayer, junto con el macroproyecto del Hard Rock, el gran protagonista de la sesión de control al president Pere Aragonès. La mayoría de grupos interpelaron al jefe del Ejecutivo catal·n acerca de este asunto, y él, a su vez, buscó socios. En esas, tras quedar patente el alejamiento entre En Comú Podem y Esquerra, Junts tendió su mano al Govern.
Aragonès, en todas sus intervenciones, reivindicó las bondades de los presupuestos ya registrados tras el pacto con el PSC y les pidió que la semana que viene permitan que siga adelante la tramitación.
Albert Batet, presidente del grupo de Jxcat, ofreció el apoyo de su partido si asume su “modelo de país”, que definió como “equilibrio territorial, menos burocracia y menos impuestos”. No hizo referencia a sucesiones, pero ese tributo sobrevolaba el hemiciclo. Con el proyecto de ley ya registrado en la C·mara, es complicado cambiar las partidas presupuestarias, pero sí se puede modificar con enmiendas la ley de acompañamiento y medidas fiscales para introducir la eliminación de ese impuesto, razonan desde Jxcat.
Batet hizo la oferta tras afear a los republicanos que hayan apoyado los presupuestos generales del Estado en los últimos años, a pesar de la baja ejecución del Gobierno central en Catalunya y hacer referencia al “guirigay” catal·n. “En Madrid le toman el pelo y en Catalunya es un guirigay”, aseveró el dirigente posconvergente.
Aragonès recogió el guante y se mostró dispuesto a sentarse con su exsocio. “Sentémonos, hablemos y lleguemos a un acuerdo. Estoy plenamente dispuesto”, aseguró. Adem·s, detalló que el 22 de febrero el Govern ya remitió a Jxcat un documento con “74 medidas que suman centenares de millones de euros y que significan la aceptación del 70% de sus propuestas” [de Junts], si bien los posconvergentes consideran que aquello fue una “respuesta parcial” y que, en todo caso, corresponde al Govern llamarlos a una reunión, que sería la cuarta.
Desde Junts argumentan que no har·n m·s movimientos por ahora. Si no cambia nada, la ejecutiva del partido de Carles Puigdemont debatir· el lunes la posibilidad de presentar una enmienda a la totalidad a los presupuestos, que se uniría a la de los dem·s grupos.
En el Govern apuntan que “quedan horas y días” y que ellos, a diferencia de Jxcat y En Comú Podem, no tienen líneas rojas. En todo caso, el president trató de convencer a los comunes y a los anticapitalistas. Ambos grupos cargaron contra Aragonès por el Hard Rock, y el president les lanzó el anzuelo de revertir los recortes y m·s inversiones, un bocado que ambos grupos de momento rechazan de plano morder.
En la réplica a los comunes, que cuestionaron “qué interés público hay en Catalunya para tener el casino m·s grande de Europa”, Aragonès insistió en que no es posible revertir el procedimiento del Hard Rock y que no figura en los presupuestos. “De acuerdo, venga, fuera el Hard Rock. No sé cómo lo deberíamos hacer, deberíamos de enfrentarnos a una reclamación patrimonial, pero fuera el Hard Rock. ¿Cu·ntos votos tenemos para el presupuesto?”, preguntó el president.
Un rato antes, la consellera de Economia i Hisenda, Natàlia Mas, había puesto en duda en La 2 y Ràdio 4 que el macrocomplejo se construya. “Yo apostaría m·s, ya que hablamos de casinos, por que no que por que sí”, dijo.
En su turno, el líder del PSC, Salvador Illa, echó en cara a los comunes que ahora les suponga una incomodidad el Hard Rock, cuando el año pasado ya estaba y no fue un impedimento. “Pensamos m·s en el país que en las elecciones”, espetó Illa a la líder de los comunes, Jéssica Albiach, que en su turno había puesto en la diana a los socialistas. ●
Aragonès asegura que ya ha aceptado el 70% de las medidas de su exsocio y recoge el guante de Jxcat
Los posconvergentes reclaman otra vez al Ejecutivo la supresión del impuesto de sucesiones