Los huertos urbanos reclaman acceso al riego con agua freática para salvarse

Los huertos urbanos y los espacios verdes comunitarios también se ven afectados por las restricciones derivadas de la situación de emergencia por sequía. Regarlos está prohibido desde principios de febrero y sus responsables temen que todas las plantas cultivadas acaben muriendo. Aquellos que ignoren la prohibición se exponen a ser sancionados.

Unas 200 personas que cuidan este tipo de espacios en la ciudad de Barcelona se manifestaron ayer a lo largo del eje verde de Consell de Cent para reclamar al Ayuntamiento que les proporcione acceso al agua freática y a las herramientas necesarias para poder mantener sus cultivos en el contexto actual de sequía. En la capital catalana se cuentan cerca de 200 huertos urbanos, una parte de ellos con proyectos ligados a entidades sociales y de inserción. La cifra asciende a casi medio millar si se tienen en cuenta los huertos escolares.

Una de las soluciones que plantean los miembros de las entidades es la creación de estructuras que permitan acumular el agua de lluvia para regar los huertos. El uso de aguas grises también podría ser una opción que ponen sobre la mesa. Además, apuestan por poder instalar sistemas de riego por goteo para adaptarse a la escasez de agua sin que se echen a perder sus tierras cultivadas en medio del entorno urbano.

En la misma protesta también participaron miembros de la plataforma que aglutina a vecinos y asociaciones de familiares de colegios contra la tala de una parte de la arboleda del parque Joan Miró para instalar la zona logística de las obras de prolongación de la L8 de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC). Aunque el departamento de Territori ya les comunicó que la opción de ocupar uno de los palacios de Fira de Barcelona en Montjuïc era inviable, los vecinos no tiran la toalla y preparan nuevas protestas coincidiendo con la campaña electoral. La ocupación del espacio está prevista de manera progresiva a partir del verano. ●