Nada nuevo bajo el sol de Shakira
La multinacional Sony respalda el nuevo lanzamiento discográfico en formato largo de Shakira, publicado ayer viernes, y el primer calificativo que emplea para anunciarlo es el de “increíble”. Y sin duda lo es, y al que habría que aòadir el de “oportunísimo”: no recordamos muchos casos de los réditos comerciales y musicales de una artista gracias a la visibilización de sus zozobras y reflexiones vital-sentimentales. Desde este sentido, Las mujeres ya no lloran es un paso más en esta habilísima operación en donde se dan la mano la universalización de la vida privada, el empoderamiento femenino, la música y, faltaría más, el rédito crematístico.
Aunque oficialmente Las mujeres… consta como su primer álbum de estudio en siete aòos, la realidad es que tiene mucho de compendio, ya que de los 16 temas incluidos la mitad de ellos ya han sido publicados y por supuesto devorados. En este apartado están incluidas sus colaboraciones con Karol G, Ozuna, Rauw Alejandro, Manuel Turizo, los mexicanos Fuerza Régida o junto a sus hijos Milan y Sasha (todo sirve: en el tema Acróstico se la oye cantar “se nos rompió solo un plato, no toda la vajilla”). Sin olvidar, por supuesto, la sobresaliente Music Sessions Vol. 53, elaborada en comandita con Bizarrap y que se podría considerar sin duda una de las cimas de su carrera musical y discográfica.
Por cierto, el resultado óptimo de la fórmula colaborativa la ha vuelto a poner en práctica la de Medellín ayer mismo con el single Puntería junto a Cardi B, y que precisamente es el corte que abre el flamante álbum... y que no desentona con alguna de las atmósferas temáticas del asunto: a lomos de un pop más bien pausado, Shakira repitiendo por enésima vez su particular “aquí estoy” (por ejemplo: “Tus bíceps me ponen a cien / a ti nunca te dirijo, siempre llegas fijo / hasta mi punto G, jaja”) y con la llamativa cantante estadounidense rapeando en inglés y castellano.
La aparición de canciones de la diva colombiana prácticamente ha sido una constante más o menos intermitente desde su ruptura, oficializada en el 2022, de Gerard Piqué tras un decenio de relación. Por eso el contenido de sus canciones, y en este caso de su nuevo álbum, no pilla por sorpresa, y ni falta que le hace, ya que, ¿por qué iban a cambiar una propuesta sonora que funciona de maravilla? Esa combinación de pop, reguetón, rap y baladas entre el caramelo y el picantón es una fórmula infalible a la hora de agitar cuerpos y tararear melodías. Sin duda, una de las virtudes de la artista latina es haber creado un estilo sonoro rítmico inconfundible, y desde hace un par de aòos con el aòadido de unas letras que despiertan la curiosidad y el morbo planetario por su agitada vida sentimental-personal de los últimos tiempos, amén de una toma de posicionamiento como mujer y persona que supera (en sus palabras) dolor, ira, vulnerabilidad y frustración.
En fin, Las mujeres ya no lloran no levanta sorpresa ni propone novedades, y confirma que Shakira se mueve bien a gusto en trabajos en complicidad, como demuestra en los temas inéditos La fuerte, en donde vuelve a colaborar con el argentino Bizarrap; Cohete, con Rauw Alejandro; (Entre paréntesis), con Grupo Frontera, así como el ya el mencionado mano a mano con Cardi B. De todas ellas, uno se decantaría por la excelente arquitectura sintética de La fuerte, y en donde se puede deducir que estamos ante una nueva Shakira que mira hacia adelante y que disfruta del día a día más allá del pasado: “Borré tu número, ¿y pá qué? Si ya me lo sé, no te olvido por más que aparente”.
Y es que ella sola ante el micro solo se ofrece en cuatro canciones, Tiempo sin verte, Cómo dónde y cuándo, Nassau y Última. Precisamente, y valga la redundancia, en esta última vuelve a aparecer el tema “piqueniano”, a voz y piano, una cuestión cada vez más pesada, pero siempre infalible en cuanto a beneficios mercadotécnicos: “(…) Pasa el tiempo y no puedo sacarte de mi mente / Seguramente con el tiempo me arrepienta / Y algún día quiera volver a tocar tu puerta / Pero ahora / Debo aprender a estar sola”. Al respecto, la cantante aseguró en una entrevista hace escasos días que “me dije, tengo una canción más aquí y tengo que escupirla o no podré hacerlo, ya sabes. Me
A su estilo rítmico inconfundible, añade letras con morbo... pero ¿a quién le importa ya su vida privada?
La preferimos cuando se alía con colegas; si canta a solas, el asunto sabe a plato conocido y previsible
ahogaré. Necesito sacar esto”. Seguramente fascinante, pero realmente y a estas alturas ¿a quién le importa la vida privada de esta o de aquel? Porque, ya puestos, la actual vida pública-profesional de su ex también podría ser un suculento filón temático.
Nada nuevo bajo el sol y, ya puestos, pues preferimos a Shakira cuando se alía con colegas del asunto y muestra cosas más variadas. A solas, el asunto ya sabe a plato conocido y bastante previsible, le pongas este vestido rítmico o aquel otro. Pero aunque haga una cosa a solas o en comandita, Shakira seguro que no variará su condición de ser la artista latina más escuchada de todos los tiempos en Spotify. Y con Las mujeres ya no lloran todo apunta a que aún lo va a ser más. ●