Cuando el dolor es una enfermedad, no una adaptación protectora
“Está demostrado que el mantenimiento de estados de dolor intenso conlleva muchos efectos nocivos para el individuo que lo padece”
MIVI Salud, especialistas en medicina del dolor, busca mejorar el dolor que sufre cualquier persona que acuda a sus clínicas a partir de un abordaje multidisciplinar que identifica causas, lo trata desde su origen y se plantea cómo prolongar sus resultados
Para mejorar el dolor de los pacientes, MIVI Salud practica un abordaje multidisciplinar del paciente apoyado en tres grandes pilares: diagnosticar la causa y los factores favorecedores del dolor; tratar la causa del dolor desde su origen (lo que permite un resultado eficaz y duradero), y desarrollar pautas de recuperación para conseguir que los resultados se prolonguen.
Pero antes de proseguir, sería mejor saber qué es el dolor y cuándo pasa de ser un mecanismo de defensa a una enfermedad. Lo explica el Dr. Jorge Orduña, director médico de MIVI Salud: “Es bien sabido que el dolor es un mecanismo de protección evolutivo, ¡y es muy eficaz! Gracias a él, enfermedades como la apendicitis no nos matan, ya que permite que sean diagnosticadas. Sin embargo, existen circunstancias en las que el dolor, por su persistencia en el tiempo, deja de tener esta misión protectora y pasa a ser una enfermedad en sí mismo, condicionando la vida del paciente que lo sufre”.
Este dolor puede ser debido a muchísimos factores. Sin duda, el deterioro del organismo es uno: la artrosis, el desgaste de los discos intervertebrales de la columna, fracturas… son fuentes frecuentes de dolor que si no se trata a tiempo es cada vez mayor.
Otra causa es la que tiene como origen la lesión o alteración de un nervio (dolor neuropático), que requiere tratamientos concretos y cuyo alivio puede ser complejo. Es por ello que debe ser tratada por un especialista en medicina del dolor. Otras circunstancias que condicionan el dolor son los procesos oncológicos, y estos pacientes deben de ser estudiados por equipos multidisciplinares para su control.
Abordaje temprano
Pero, como casi todo en esta vida, el abordaje temprano del dolor también es imprescindible. “Está demostrado que el mantenimiento de estados de dolor intenso conlleva muchos efectos nocivos para el individuo que lo padece: limita la movilidad, ejerciendo efectos deletéreos en su condición física, y condiciona la psique de quien lo padece y de su círculo social, llevándolo a situaciones como la ansiedad y la depresión. Es por todo ello que es importante que el alivio sea lo antes posible, y es para ello que existen las unidades de dolor, como nuestras unidades de MIVI especializadas en diagnosticar y tratar este tipo de pacientes con prontitud y sin listas de espera”, asegura el Dr. Orduña.
Por suerte, el tratamiento del dolor es una subespecialidad que se ha desarrollado de manera vertiginosa. En la última década ha pasado de ser un complemento y, en muchos casos, el escalón final de tratamiento de muchos pacientes, a ser lo que de verdad deben ser por filosofía las unidades del dolor. Se trata de unidades multidisciplinares, integradas por diferentes profesionales sanitarios, como son médicos (anestesiólogos, rehabilitadores, neurólogos, traumatólogos...), fisioterapeutas, psicólogos, podólogos y recuperadores funcionales, entre muchos otros, con cada vez más recursos para aliviar el dolor lo antes posible, con la finalidad de evitar tratamientos más invasivos y complejos. Además, se trata de unidades muy cercanas a los pacientes, disponibles en casi todas las capitales de provincia de nuestro país.
Para el doctor, “esta nueva filosofía nos permite acceder al enfermo mucho antes y desde mucho más cerca, y es por lo que nuestros centros surgen, para dar una asistencia de calidad y global en donde tu dolor es lo más importante y donde este no espera”.
En este sentido, en MIVI Salud ofrecen t ratamientos médicos de vanguardia dirigidos a paliar el dolor que padece el paciente que sufre. Para ello, hacen uso de tratamientos farmacológicos, intervencionistas (como son las infiltraciones, la radiofrecuencia o rizólisis), así como los tratamientos de medicina regenerativa o la neuroestimulación.
Estos tratamientos permiten, desde el origen, mejorar la condición causante del dolor o, en ocasiones, bloquear la trasmisión del impulso doloroso. “Una vez mejorado el dolor, ponemos el foco en la rehabilitación, para lo que contamos con la ayuda de profesionales de diferentes áreas, como son los rehabilitadores, fisioterapeutas y recuperadores funcionales, orientados a fortalecer y recuperar el área lesionada”, concluye el Dr. Jorge Orduña.