Disfrutones y rejuvenecidos
Los Black Keys siempre han tenido que lidiar con el plus de haber dado en la diana desde un buen inicio. Y con el listón cualitativo en lo más alto. Y han pasado los años y el combo formado por Dan Auerbach y Patrick Carney sigue ofreciendo musica que no solo no deja indiferente sino que deja como mínimo buen sabor apostando por terrenos que trillan de forma intransferible (con la excepción del olvidable Let’s rock del 2019). En este sentido, Ohio players es un notable ejemplo, ya que en él los colaboradores son abundantes y la apuesta estilística va más allá de la simple fusión y da entidad visible al surf rock, al pop guitarerro sesentero y al soul sobre melodías, eso sí, a menudo adictivas y marca de la casa.
La prueba ya se constata desde la inicial This is nowhere, con la activa presencia de Beck –coautor de algunos temas del álbum como la más previsible Beautiful people (stay high)– y con el que elaboran un sabroso combinado de funk y rock a lomos de una rítmica de hace ya unos decenios. Noel Gallagher también es otro de los cómplices que se prodigan, como en You’ll pay, On the game o Only love matters, portando su britpop a la cohabitación con el rock más agitado de los Keys, a ese sonido característico –guitarra distorsionada incluida– que brilla con todo su esplendor en un par de cortes como Please me (till I’m satisfied) y Live till I die. Y siempre sin perder esencia ni identidad, también se han apuntado los hiphoperos Lil Noid, Dan The Automator y Juicy J, este junto a Beck en la brillante Paper crown.