La Vanguardia

Ruud: “Este ya es mi título favorito”

El juego académico del noruego desmantela al volcánico Stéfanos Tsitsipás, cuya maldición sigue en pie: se le escurre su cuarta final en el torneo barcelonés

- S g H a

El desenlace es una fiesta para Casper Ruud (25), quién lo hubiera dicho una hora antes, pues tal y como se alumbraba la final, el noruego se estaba viendo como hace una semana, otra vez a los pies de los caballos.

Ha perdido el servicio y ha perdido el primer juego, y ahí que cabalga Stéfanos Tsitsipás (25), este griego de larga melena y rostro aletargado que hace una semana, en Montecarlo, le había birlado la final de un Masters 1.000 y que ahora, en Barcelona, parece dispuesto a birlarle la final de un ATP 500.

Si Tsitsipás echa a volar es mala cosa para el noruego, pues el griego es fuego y pasión, y a veces se enreda con el viento que le baila en la mente, pero, si todo le va a favor, entonces tiene el tenis suficiente como para llevarse por delante a cualquiera, Ruud incluido. ¿Qué hace Ruud?

Se aquieta.

Deja de pensar, deja de atormentar­se por estar jugando una final. Se dice que este es un partido más, nada más que eso, se sacude los nervios y le busca las cosquillas al griego. Eleva un punto la potencia de su servicio, se va hasta 165 km/h (sigue lejos de los 190 km/h que frecuenta Tsitsipás), también alarga los intercambi­os y sí, cuatro juegos más tarde, le devuelve el break y el marcador se iguala.

La cosa se pone 3-3 y a partir de ahí, el partido guioniza un nuevo relato.

Tsitsipás insiste, mantiene la ofensiva, ataca a Ruud por todos los flancos, y el noruego juega su tenis.

Aun en su carencia de matices, es académico, técnicamen­te perfecto. Y recogido en su guarida, desconfigu­ra a Tsitsipás, que falla demasiado en el último juego del primer set, cuando sirve para llegar al tie-break, en vano.

A los 57 minutos, el noruego se apropia del parcial.

–He intentado estar agresivo en el resto, buscarlo más cerca de la línea. Y estresar a Tsitsipás. Si le dejo apoderarse del juego, es demasiado peligroso –dirá Ruud más tarde.

Llegado a este punto del partido, es Tsitsipás quien se enreda en sus servidumbr­es. Se enfrenta a un Everest físico y mental.

Tsitsipás ha perdido tres finales en Barcelona, dos ante Nadal y una tercera ante Alcaraz, el año pasado, así que se siente en deuda con el torneo.

Mientras recorre los pasillos del RCTB, y va y viene del Gran Hyatt al club, avenida de Pedralbes arriba, Tsitsipás sigue reviviendo el día de su amanecer, en aquel 2018 prepandémi­co. Entonces apenas habíamos oído hablar del tenis

griego, y mucho menos de él, pues a duras penas aparecía en el top

100.

Y así había llegado entonces. Sin ton ni son, uno tras otro, había tumbado a Moutet, Schwartzma­n, Ramos, Thiem y Carreño, y solo había cedido en la final ante Nadal, el rey de la tierra, el rey del tenis en aquellos tiempos (cómo le echaremos de menos).

Desde entonces, la deuda. Otras dos finales se le habían ido al griego, la del 2021 y la del 2023, y ahora no quiere otra, qué agobio. (...)

En la pista Rafa Nadal, a media tarde, la concurrenc­ia no sabe cómo ponerse. Viene y se va el sol, y nos ponemos y nos quitamos las capas, y Tsitsipás tampoco sabe muy bien qué hacer, cómo desmantela­r a este Ruud perfecto y tan tenaz que le tortura como una gota china.

Al cierre del cuarto juego, el griego manda una pelota a la red, y ahí busca oxígeno. Cambia de raqueta, corretea un poquito, trata de despabilar­se, se transfigur­a en pasabolas, todo lo que nunca ha sido y todo lo que no es, y se encomienda a un ser superior. Tiene un set en contra y está 3-1 abajo, y ya se ha visto así, apurado, antes.

Por ejemplo en cuartos, ante Facundo Díaz.

O en la semifinal, ante Dusan Lajovic.

–Si quiero ganar algún día aquí, debo customizar mi juego, debo adaptarme mejor a este lugar. Y también debo maximizar mi rendimient­o. Si juego tres sets cada vez, estoy desperdici­ando energía, no estoy siendo económico –dirá luego, en la rueda de prensa.

¿Quién sabe?

Ruud lo sabe.

Esta ya es mi pista favorita, y este es el torneo más importante que he ganado nunca”

Casper Ruud

Tenista

“Si quiero ganar algún día aquí, debo customizar mi juego y ser más económico”

Stéfanos Tsitsipás

Tenista

–Ganar en la pista en la que Nadal lo ha hecho doce veces... ¡Yo le veía en televisión! –dirá.

El noruego ya es el dueño del escenario. Le basta con seguir a lo suyo: se mantiene atrás, no sube ni a tender la ropa, pasa bolas, las pasa y las pasa, y ni un regalo le concede a Tsitsipás, que vive atormentad­o, escuchando en griego el discurso de Apóstolos, su padre y entrenador, y se va sin quererlo, desconcert­ado se va, no hay manera con este torneo, el Godó que tanto le premia y tanto le escatima.

–Si no hubiera sido por Casper, este comienzo de temporada en tierra hubiera sido perfecto –le dice a Tommy Robredo, aún a pie de pista, que le ha preguntado en castellano.

(Es Paula Badosa quien le imparte clases aceleradas en castellano).

–¿Ganar en la pista Rafa Nadal? ¡Esta es mi nueva pista favorita! Y también es mi nuevo torneo favorito. Y esto es todo lo que puedo decir en español –dice Ruud, que se expresa en castellano y luego pasa al inglés–. Esto es importante para mí. He pasado muchos años en este país. Por cierto, es el cumpleaños de mi hermana.

Y el torneo le despide al canto del “cumpleaños feliz”.

 ?? ?? En el cor
zón del tenis Casper Ruud, como manda la tradición, se lanzó a la piscina del RCTB rodeado de recogepelo­tas. “Por televisión, vi a Nadal ganar aquí, me inspiró”, dijo el noruego, eufórico con su victoria
En el cor zón del tenis Casper Ruud, como manda la tradición, se lanzó a la piscina del RCTB rodeado de recogepelo­tas. “Por televisión, vi a Nadal ganar aquí, me inspiró”, dijo el noruego, eufórico con su victoria
 ?? ??
 ?? Xavier Cervera ??
Xavier Cervera

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain