Arquitectura para el bienestar de los mayores
La firma BTA innova en la convivencia para la tercera edad
Con 35 años de vida, el despacho barcelonés BTA Arquitectura se ha consolidado como el líder de la construcción y el diseño de las unidades de convivencia para la tercera edad, inspirado en el modelo residencial nórdico, pero adaptado a las necesidades vitales mediterráneas.
Con tres socios accionistas, Marc Trepat –cofundador–, su hijo Marc-romà Trepat y Marta Urbiola, el estudio ha sabido especializarse en la arquitectura de residencias para mayores y en la restauración, de edificios tanto públicos como privados. “Gracias a la especialización, capeamos las crisis del 2008 y de la pandemia. En esta última, como supimos innovar para la tercera edad, estábamos preparados para las necesidades sanitarias y sociales que aparecieron con el coronavirus”, detalla su director, Marc Trepat.
El arquitecto defiende la creación de “pequeñas unidades acogedoras de convivencia, que son como viviendas grandes compartidas (entre 8 y 20 personas), situadas dentro de una residencia, totalmente autónomas y bajo la misma gestión global”. Considera que hay que “intentar que los mayores vivan no como en casa, sino que vivan en casa”, pero dentro de un centro residencial, con servicios comunes y de socialización.
“Nos hemos inspirado en el modelo arquitectónico con la atención centrada en la persona, pero lo adaptamos al estilo de vida mediterráneo, con más espacios abiertos porque tenemos más sol y nos relacionamos más”, dice. Trabajan, principalmente, en Catalunya y Baleares, pero también asesoran centros del resto de España. “En Calafell, estamos con un proyecto innovador con la Fundación Santa Teresa. Hemos creado 20 unidades de convivencia, de seis personas, que acogerán a hijos con discapacidad intelectual, que ya se han hecho mayores, y a sus padres, que han envejecido”, dice.
El estudio tiene un equipo de 10 personas y, a raíz de la pandemia, ha doblado las ventas. En el 2021 facturó 600.000 euros; en el 2022, 830.000 y el año pasado cerró con 1,2 millones. Urbiola lidera el departamento de restauración con un equipo pluridisciplinar. “Cada proyecto –explica– es un viaje único al pasado, con el reto de recuperar la esencia del edificio”. Una obra emblemática es el Hivernacle de la Ciutadella, “con un trabajo meticuloso que ha recuperado la imagen original, respetando sus materiales originales”.
Próximos retos: la arquitectura del bienestar y la rehabilitación se fusionarán en el cohousing sénior. “Recuperamos edificaciones antiguas para convertirlas en espacios de convivencia”, dice Trepat. Su hijo será el encargado de la expansión internacional. ●
Desde la pandemia, la compañía ha doblado su facturación, hasta los 1,2 millones de euros del año pasado