El Barça se lo cree
Los azulgrana salen vivos de un envite durísimo e igualan la serie ante el Olympiacos antes de viajar a El Pireo
Ganar en Grecia ya no parece misión imposible. Ya sabía el Baráa que si quería estar en la final four estaba obligado a entrometerse entre la Paz y la Amistad y ganar en El Pireo, pero hacerlo con la serie igualada y tras un ejercicio soberbio, de los más completos del curso en el momento adecuado, lo convierte en una misión más terrenal. Se levantó el equipo de Grimau del terrible golpe que supuso la derrota del primer partido con un despliegue físico titánico, completada una defensa sideral, alimentada luego con acierto desde el arco (9/19) y un Jabari Parker al mando de las operaciones con sus 24 puntos.
Empezó haciendo los deberes el Baráa, consciente de que su mal inicio en el primer partido le lastró demasiado y acabó en la lona. No tardó en verse a un equipo muy distinto, mucho más conectado y, sobre todo, intenso en defensa, incluida la novedad de Ricky Rubio en el quinteto. Como si Grimau quisiera renovar las energías. Apenas sumó 14 puntos el conjunto griego en el primer cuarto, y casi todos con sangre, sudor y lágrimas, como dictan los cánones en unos playoffs de Euroliga.
Laprovittola, que casi no compareció tras el descanso, empezó más incisivo, intentando poner distancia en el marcador ya desde las primeras jugadas, pero un par de triples consecutivos de Peters cercenaban ese primer proyecto de escapada. El segundo pareció el bueno. Jabari Parker empezó a deslizarse por la pintura y se asoció con Willy Henrangómez para encadenar hasta tres dos más uno casi seguidos, cimentando un parcial de 11-0 que situó el 23-12 en el luminoso de un Palau aún más caliente y conectado. Décimas antes de que sonara el primer bocinazo, el propio Parker situaba la máxima de la noche, y de toda la eliminatoria, para el Baráa con el 27-14.
Se veía a un Olympiacos poco acertado, pero tampoco especialmente preocupado, muy convencido de que siguiendo el libreto de Bartzokas podría acabar volviendo a sorprender al Baráa. Si los azulgrana transitaron por el primer envite haciendo la goma, anoche le tocó el turno al conjunto heleno. Un minuto en trance del indetectable Mckissic recortaba hasta el 34-30 (minuto 15) en un abrir y cerrar de ojos. Pero presentaba esta vez el equipo de Grimau más armas, con Vesely mucho más involucrado en el juego y Satoransky derrochando físico y jugándose la vida en cada acción. Era el pívot el que volvía a estirar hasta el 41-30, pero respondía Olympiacos de nuevo para seguir en el partido. No le ayudaban a los azulgrana sus fallos en los tiros libres, una de las grandes asignaturas pendientes de este equipo.
El pertinente paso por vestuarios pareció sentarle mejor al Olympiacos y Williams-goss empezó a recortar. Primero con un triple inverosímil desde la esquina, al que siguió otro más convencional y luego una bandeja para darle la primera ventaja a los suyos desde la canasta inicial de Peters. El momento era muy delicado para el Baráa, a punto de asomarse al abismo, pero supo mantener la calma y con balones interiores a Willy Hernangómez frenó el golpe y recuperó el mando.
Los primeros 34 segundos del último cuarto fueron dramáticos para el Olympiacos. Canaan y WilliamsGoss cometieron su cuarta falta y a Bartzokas solo le quedaba Peters como estilete. En cambio, el Baráa empezó a presumir de arsenal exterior y martilleó a triples a los griegos, con tres de Jabari Parker y dos de Abrines. Esta vez no le quedaron fuerzas al conjunto heleno, que entregó las armas incluso antes de tiempo.
El Pireo es ahora mismo el gran Coloso del Baráa. Pero derribarlo ya no parece una epopeya. ●
Los puntos de Parker (24) y la mejor defensa del curso cimentaron el vital triunfo azulgrana