Un nuevo equipo para los problemas auditivos
La Inmaculada contará con una prueba más precisa para detectar si el oído funciona
El Hospital La Inmaculada del Área de Gestión Sanitaria Norte de Almería ha completado el programa de detección de hipoacusias con la prueba de los Potenciales Auditivos Evocados (PEA), con la que se mide la respuesta del cerebro del paciente mediante estimulaciones eléctricas. Se trata de la prueba más precisa de todas y a través de la que se detecta si el oído funciona en óptimas condiciones. El estudio de estos potenciales evocados es de gran interés clínico ya que permite diagnosticar, por comparación con las respuestas consideradas normales, diversas patologías o disfunciones del aparato auditivo y las vías nerviosas.
Los Potenciales Evocados Auditivos no son exactamente una prueba auditiva, pero con ellos puede identificarse y cuantificarse la pérdida auditiva en niños y adultos que no pueden o no quieren participar en una prueba subjetiva, como la audiometría. A lo largo del pasado año 2022 se han derivado a un total de 126 pacientes hasta el Hospital Universitario Torrecárdenas, hasta la fecha centro de referencia para la realización de esta prueba. El hospital comarcal de Huércal-Overa incorpora así esta nueva técnica en la que ya se forman los profesionales del centro sanitario.
Consecuencias La hipoacusia es la disminución de la percepción auditiva y puede constituir un importante problema de salud si aparece durante la infancia, con graves consecuencias para el desarrollo de una vida normal ya que el oído es imprescindible para desarrollar capacidades como el lenguaje y la comunicación. Por eso es muy importante detectar la hipoacusia en los primeros meses de vida del niño o niña, momento en el que se puede paliar su discapacidad auditiva utilizando terapias que, en algunos casos, pasan por implantar audífonos o bien adaptar implantes en el oído del niño o la niña para que la discapacidad auditiva sea la menor posible.
Hasta un 50% de las sorderas en menores no están relacionadas con indicadores de riesgo. El resto pueden ser de origen hereditario, infecciones o enfermedad durante el embarazo o adquiridas durante la primera infancia de niños y niñas.