Álex Segura y su equipo desatan la locura con sus saltos de parkour
Centenares de niños y niñas se agolpan en su stand y su exhibición para estar cerca de su ídolo
Álex Segura mueve mareas. De niños. Y con ellos, mueve también a sus padres y madres, como él mismo hace con los suyos, quienes le acompañan y se encargan de la venta de camisetas.
Siendo este sábado 15 de abril el Día del Niño, Álex Segura no podía faltar en la gran celebración que tuvo lugar durante toda la mañana en el Centro Comercial Torrecárdenas.
Fueron muchos, lógicamente no el más de un millón que siguen las aventuras (y los saltos) en redes sociales del huercalense. Pero si cientos de ellos que, desde primera hora, antes incluso de que empezará el evento, hacían cola espera do su aparición o se agolpaban ya en el entorno de su stand, esperando hacerse con lo último de su merchandising, un autógrafo y una foto con su ídolo.
Un Álex Segura que es uno de los nombres más destacados entre los creadores de contenido de toda España y el más importante practicante de parkour, una actiOtros vidad que ha promocionado y dado a conocer, hasta el punto de que en su municipio, Huércal de Almería, impulsó un parque de parkour que hoy en día lleva su nombre y al que semanalmente llegan decenas de seguidores de toda España intentando verle entrenar.
Las camisetas de su marca, Línea Recta, abundaban entre los niños y niñas que escalaban por el muro de la plaza del Centro Comercial Torrecárdenas para tener una mejor perspectiva una vez comenzó la exhibición, cerca de las diez y media. intentaban acceder hasta el mismo interior de la plazoleta en la que un Opel Corsa procedente del desguace iba a servir después como centro del espectáculo de saltos de Álex Segura y su equipo: el carismático Yowi, que le arrebató por momentos el protagonismo, el cariño y los aplausos de sus fans, Carlos, o los más pequeños del grupo, Muni, de 12 años, y Romeo, de 11. Todo ello, sin dejar de grabar con la GoPro el desarrollo del evento, para compartirlo luego en YouTube o TikTok.
Saludó a todos los que rodeaban la plaza, chocó la mano con los de la primera fila, cedió los focos a sus compañeros mientras entraba en calor y poco a poco empezaron los saltos, de los más simples a los más complejos, de menos a más altura, del suelo al techo del coche y desde allí al muro. Tomando el propio Corsa como impulso para llegar al otro extremo. En los laterales, los gritos, los aplausos, la locura. El Día del Niño tenía mucho más, pero en ese momento la marea se movía alrededor de Álex Segura.
Desde primera hora de la mañana, antes del comienzo, había ya cola para adquirir su merchandising en la carpa