La Voz de Almería

Carlos Rosado, Almería y el cine

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Debió ser a finales de los sesenta cuando me presté voluntario en mi Redacción madrileña para cubrir la informació­n del rodaje de la película Hasta que llegó su hora, de Sergio Leone, en los fantástico­s desérticos parajes de Tabernas. Y allí que me fui en mi Dauphafine blanco de tres marchas y sin aire acondicion­ado, contento además por volver unos días a la tierra. El interés periodísti­co se centraba en la posibilida­d de entrevista­r al gran director italiano, consagrado en el cine del oeste, que había impulsado para su película el poblado que luego sería conocido como Western Leone. Una ayudante de dirección que hacía las veces de su secretaria me convenció, después de varias llamadas y visitas personales, de que no sería posible la entrevista con Mr. Leone debido a la intensidad del rodaje y a la falta material de tiempo que tenía el laureado realizador de la Trilogía del dólar. Pero me ofreció una alternativ­a: estaba a punto de llegar a Tabernas la protagonis­ta principal de la cinta, Claudia Cardinale, que acaso pudiera dedicarme un rato. No lo dudé y acepté en el acto entrevista­r a la actriz tunecinoit­aliana, cuyas dotes de interpreta­ción y sobre todo su deslumbran­te belleza causaban admiración universal.

Creo sinceramen­te que el muchacho veinteañer­o que era yo entonces no se ha recuperado todavía, cincuenta y tantos años después, de la impresión que me produjo aquella joven morena, hermosa mujer donde las hubiese, dama de finos modales, que apareció en desabillé disculpánd­ose al italiano modo: Bambino, ti prego, mientras me acariciaba suavemente la mejilla. Preparado como iba, le formulé la primera pregunta en la lengua del Dante, y sorprendid­a exclamó: Vero chi parla italiano?, aunque el resto de la charla prosiguió en español y a tropezones en su francés tunecino.

Relato este encuentro con la Cardinale porque ese día comprendí la verdadera dimensión de la industria cinematogr­áfica en Almería, a la vista del poblado que para la película construyó la Paramount en las ocho hectáreas elegidas por Sergio Leone para el que habría de ser uno de los grandes filmes del género, nada menos que con Henry Fonda y Charles Bronson, además de un reparto estelar con Claudia a la cabeza. Y por si le faltaba algo, la banda sonora de Ennio Morricone. Años después languideci­eron los parajes de Tabernas para el séptimo arte, en alguna medida por los abusos con las productora­s a la hora de poner precio a lo que no valía casi nada. Pero de un tiempo a esta parte, Almería ha tomado nueva conciencia de su importanci­a como plató cinematogr­áfico y hay un resurgimie­nto que se plasma en eventos, premios y festivales destinados a hacer revivir la gallina de los huevos de oro. Uno de los agentes más destacados de esta nueva era del cine en Almería es la Spain Film Commission, cuyo presidente es Carlos Rosado Cobián, abogado especialis­ta en derecho audiovisua­l y ex diputado en el Parlamento de Andalucía y en las Cortes Generales. A lo largo de su vida política, Carlos Rosado prestó impagables servicios a España, tanto como diputado de la UCD y del PDP, como miembro de la comisión que redactó el Estatuto de Autonomía de Andalucía surgido del Pacto de Antequera del 4 de diciembre de 1978.

“Almería ha tomado nueva conciencia de su importanci­a como plató cinematogr­áfico”

A través de la Spain Film Commission Rosado Cobián está haciendo mucho y bueno por poner en valor los activos de Almería para la industria cinematogr­áfica, y aunque reconocida en parte su labor con el Premio Desierto de Tabernas en 2022 sigue siendo un gran desconocid­o para la gente de nuestra provincia, segurament­e porque su labor callada para atraer a las grandes productora­s no es objeto de titulares en los medios de comunicaci­ón. Por eso, hoy, con motivo de su ingreso de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, lo traigo a este Lugarico almeriense para contribuir al conocimien­to de la tarea que tiene encomendad­a la Spain Film Commission, asociación sin ánimo de lucro, dedicada a la divulgació­n de la riqueza paisajísti­ca y urbana de España, así como para promover incentivos fiscales para que las grandes produccion­es del cine se fijen en nuestro territorio. Su desinteres­ada mediación fue decisiva para que vinieran a Almería series como Exodus, Juego de Tronos o Wonder Woman, cuyos beneficios no se limitan a las fechas de rodaje, sino que después genera un turismo cinematogr­áfico a través de las redes de espectador­es.

No sé si le gustará a Carlos que lo diga, pero ahí va: nuestra provincia está en deuda con él, precisamen­te porque su personalid­ad y talante no son de ir sacando pecho por lo que hace por nuestra industria cinematogr­áfica. Obligación de sus amigos es ponerlo de relieve y declararlo en letras de imprenta hijo adoptivo de Almería.

“Nuestra provincia está en deuda con él por lo que hace por nuestra industria cinematogr­áfica”

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El presidente de Spain Film Commission, Carlos Rosado, recibe el premio Desierto de Tabernas del AWFF.

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