El más allá en el cine
En ocasiones, las películas contienen un mensaje espiritual e incluso alguna escena que evoca al “más allá”. Basta recordar películas como “Ordet” (1955), “El festín de Babette” (1987) y “Stalker” (1979) o más comerciales como “Ghost. Más allá del amor” (1990), “Atrapado en el tiempo” (1993) o “¡Qué bello es vivir!” (1946). Puede aparecer un personaje angelical o ver la típica luz azul suave y tus seres queridos esperándote. La forma en la que el cine expresa lo espiritual, tiene su valor e importancia.
Pues bien, en la cartelera tenemos dos películas que incluyen el tema espiritual o lo pretenden. Una es la nueva entrega ecologista de “Guardianes de la Galaxia” (MarvelDisney), en donde el peso del protagonismo recae en Rocket, ese mapache inteligente amigo de Groot. Vale la pena destacar la escena cuando uno de los personajes “muere” y se encuentra como en un lugar intermedio, justo antes del más allá. Una escena muy similar a la de “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte II”, aquella en la que Harry, una vez muerto, se encuentra con Dumblendore en una especie de estación de metro celestial; un lugar de tránsito. Ambas escenas tienen un enorme poder simbólico, pues expresan la existencia de ese Cielo bíblico. Podríamos decir que, en este caso, Marvel y Disney abrazan la existencia de un más allá.
Por otro lado, tenemos “Super Mario Bros”, de Ilumination-Nintendo, en donde vemos cómo Mario y Luigi protagonizan una aventura familiar con un gran guion y un interesante villano. En cuanto a la dimensión espiritual, los guionistas han introducido un personaje extraño y etéreo, con forma de llama y estrella, que dice al final de la película, algo así como: “Esto ya ha terminado, ahora se quedan ustedes solos con su vacío infinito”. Aunque este personaje aporta una interesante pregunta existencial, no apunta a un más allá, en donde el vacío no tendría la última palabra.
Aunque vivamos en una sociedad posmoderna, que ha arrojado toneladas de basura ideológica sobre el deseo de nuestro corazón; ese deseo brilla y asoma siempre con fuerza. El arte suele captarlo y es bueno darse cuenta para saborearlo y celebrarlo. Feliz semana.