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VIMIANZO
EL PASADO SEÑORIAL DE LA CAPITAL DE SONEIRA Y SU RIQUEZA MEGALÍTICA Y ETNOGRÁFICA SE COMPLEMENTA CON UNA EFERVESCENCIA CULTURAL Y GASTRONÓMICA QUE LA CONVIERTEN EN DESTINO PRIVILEGIADO.
Los vimianceses tienen detrás de sí un rico pasado con papel protagonista en la historia de Galicia y, de un tiempo a esta parte, además se han dado cuenta de que vale la pena mostrarlo y sentirse orgullosos de él, con lo que la localidad a distintos niveles —desde el Concello, los hosteleros o las asociaciones culturales— se está volcando en convertirlo en un recurso turístico de primer nivel. Así, bienes que hasta hace solo un puñado de años languidecían en el olvido hoy se ponen en valor, lucen recuperados y, además, ofrecen posibilidades de conocerlos de una manera diferente, al punto de que el visitante no solo marcha maravillado por la riqueza patrimonial, sino que puede trasladarse al medievo o a la edad de hierro, con la sensación de haber vivido entre los Moscoso de Altamira o sentir las penurias que durante siglos experimentaron los siervos del feudalismo.
Las visitas teatralizadas del Castillo, que guarda vestigios del siglo XII-XIII, son el mejor ejemplo de esta inmersión en la historia, pero hay mucho más. Siete de los principales dólmenes del Parque do Megalitismo da Costa da Morte se encuentran en este municipio de Soneira y ahora están perfectamente señalizados, con varios proyectos en marcha para darlos a conocer integrados en rutas de senderismo o de bicicleta de montaña. El pasado señorial tampoco se queda en la fortaleza, sino que cuenta con otros destacados ejemplos como el Pazo de Trasariz, en el que ahora uno puede hasta casarse si así lo desea, o las Torres de Cereixo, con su iglesia que conserva la representación más antigua de la traslatio del Apóstol.
Sin olvidar el pasado castreño, con ejemplos tan significativos como el Castro das Barreiras, al pie de la AC-552 en plena capital municipal, la etnografía tiene un papel más que destacado dentro de esta viaje de acercamiento al pasado de la Terra de Soneira. Ahora en manos del Concello, el conjunto de los Batáns do Mosquetín, con tres batanes y siete molinos, ofrece una clase magistral sobre economía agraria del siglo XVIII, como lo hacen otros bienes recuperaros, entre los que destaca el Muíño da Agra, también en pleno casco urbano.
Sin embargo, Vimianzo no destaca solo por lo que hizo la mano del hombre con el paso de los siglos, su propia orografía y configuración natural le dota de atractivos de primer nivel. Salpicado de enclaves montañosos, el paisaje se relaja y se hace amable en los valles de Vimianzo y Baíñas e incluso ofrece entornos casi mágicos moldeados hace más de 200 millones de años, aunque parezca cosa de hadas, como los Penedos de Pasarela, que forman un parque natural en sí mismo lleno de formas caprichosas.
Si a todo ello se le suma una efervescencia cultural y festiva, materializada en el Asalto ao Castelo, la Rapa, la Faguía de Carnés y otro largo listado de celebraciones, unida a una potencia gastronómica de primer nivel, seguramente de las mejores de la Costa da Morte, es sin duda la opción perfecta para estas vacaciones.