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Atención a las alergias del verano
Las picaduras de avispas y abejas, la urticaria solar y la urticaria a frigore entrañan riesgos
Mónica Castro Murga, integrante de la sección de Alergología del Hospital Arquitecto Marcide, alerta del riesgo que entrañan algunas de las alergias más características del verano, como las provocadas por las picaduras de himenópteros (abeja o avispa, incluida la velutina), por la exposición al sol o al frío (como puede ser un baño en las playas gallegas). La reacción a una picadura de abeja o avispa «puede ser muy grave y es muy importante tenerlo en cuenta, porque hay vacuna para los venenos». «Si sufriste una picadura de avispa común y luego te pica una velutina, te puede haber sensibilizado y puedes ser alérgico [...]. Si te pica y tienes reacción, hay que acudir inmediatamente al centro de salud para el tratamiento, y luego derivarte a la unidad de alergia [...]. Hay reacciones —alerta— que pueden, en un futuro, comprometer la vida del paciente».
En cuanto a la urticaria solar, se trata de una reacción patológica que varía en función de la longitud de onda de la luz que la origina. «Suele ocurrir más en personas adultas, se nota picor en zonas que se exponen de nuevo al sol, no en manos o cara, donde ya hay un fenómeno de tolerancia; aparecen lesiones, ronchas, de forma muy inmediata, ceden en poco tiempo y el problema va mejorando a lo largo del verano, porque la exposición genera una mayor tolerancia», explica Castro Murga. La doctora recuerda que es fundamental diferenciar la urticaria solar de otro tipo de patologías, «como la fotosensibilidad por medicamentos, que genera reacciones cutáneas y erupciones polimorfas, pero no apare- cen de inmediato tras la exposición solar, sino varias horas después, y son más persistentes».
La alergóloga apunta otro problema que puede darse en verano, aunque también el resto del año. «La urticaria a frigore aparece por la exposición a bajas temperaturas, en cualquier circunstancia y momento del año, pero es habitual que se inicie con una inmersión en agua fría y puede desencadenar reacciones sistémicas graves», indica. «En los pacientes diagnosticados —abunda la médica—, se hace la prueba del test del cubito de hielo, para ver el tiempo de exposición necesario para que aparezca la reacción».
El consejo es claro: «Evitar inmersiones en el agua, porque pueden dar reacciones muy graves, como un shock anafiláctico [una reacción alérgica que puede poner en riesgo la vida del paciente], al meterse en el agua o incluso al tomar bebidas muy frías». Y si el verano es más seco de lo habitual en la comarca, «las gramíneas [hierba común] van a dar más la lata», advierte.