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Extremar la protección solar en niños
El pediatra García López aconseja extremar la prudencia en la exposición de los menores
Durante el primer año de vida, los niños «no deben tomar directamente el sol en ningún caso», recalca José Ramón García López (Narón, 1954). Este pediatra del centro de salud naronés incide en que los lactantes (hasta los 12 meses) tampoco deben estar en la playa bajo una sombrilla, por «la refringencia en el agua del mar, que puede hacer que se quemen exactamente igual». «Y si van —remarca—, siempre en la sombra, lejos del agua, en un sitio fresco y con protección solar total».
El médico alerta, por otro lado, de que los lactantes y, en general, cualquier niño pequeño, «tienen muchas más dificultades para controlar los cambios de temperatura, porque sus mecanismos de termoregulación no están tan desarrollados, y se deshidratan con mucha mayor rapidez que los adultos o los niños de más edad». De ahí la importancia de que permanezcan en espacios sombríos, frescos y alejados del agua y del sol.
Si nadie debe tomar el sol en las horas punta, en el caso de los menores «hay que extremar mucho más los cuidados y no exponerles al sol en las horas centrales del día, de 12.00 a 17.00, cuando los rayos caen perpendiculares y queman mucho más». Sí aconseja pisar el arenal a primera y a última hora del día, «siempre con protección, porque aunque el sol es una fuente de vitamina D, basta con que dé un poco en los pies y las manos para recibir la dosis suficiente». A los menores conviene protegerles con pantalla total (crema de factor 50, que hay que aplicar y reponer de manera frecuente) «y siempre mejor con filtros físicos, porque no contienen parabenos». En el caso de niños con dermatitis atópica, quemaduras, heridas o incluso problemas en las glándulas sudoríparas, hay que evitar la exposición al sol, «y además de la crema ponerse una camiseta blanca, que repele mejor los rayos solares». También es importante tener en cuenta el tipo de piel del menor —«si es clara, se quema, si es oscura, aguanta más y se pone morena»—. «Las quemaduras tienen un efecto acumulativo —advierte—, nuestra piel no se olvida de que fue quemada y los cánceres de piel están aumentando mucho». Las consultas por problemas dermatológicos infantiles se disparan en verano.