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Doscientas veces seguro
Más de dos centenares de voluntarios garantizan la protección en la prueba
Lo hacen sin cobrar un solo euro, pero edición tras edición acaban siendo una garantía de éxito. Más de doscientos voluntarios conforman el equipo que trabaja directamente en la seguridad del Rali de Ferrol. En cada tramo, en cada cruce, en cada curva, en cualquier punto de las decenas de kilómetros de la prueba es raro no encontrarse con una persona con peto. «Si hace falta, muchas veces pasamos sin comer», asegura Daniel Rey, uno de los máximos responsables. Solo en la primera sección, entre San Sadurniño y As Somozas, habrá casi cien personas distribuidas en menos de 18 kilómetros.
La caravana de seguridad está formada por los efectivos en base y los jefes de tramo, que podrían conducir por el mismo con los ojos cerrados de tanto que lo conocen. «Casi, casi. Cuando me llaman y me dicen un punto kilométrico, quizás no me doy cuenta, pero cuando me explican un poco el entorno, ya sé donde están», dice Daniel. También son imprescindibles los radioenlaces, que se encargan de las comunicaciones en tiempo real en cada uno de los tramos. «Para cualquier inci- dencia que haya, el que esté más cerca se pone en contacto con nosotros», explica el responsable. Y la figura más repetida, la del comisario de ruta, la llevarán a cabo entre los voluntarios de la organización y los de Protección Civil de los concellos de la comarca. «La colaboración es absoluta por parte de todo el mundo», subraya Daniel.
El equipo principal de seguridad solo se tomó «un pequeño descanso» después de la pasada edición y pronto se puso a trabajar en la actual. «Se necesitan muchos meses para cerrar todos los detalles, sobre todo en una zona como esta en la que las pistas no son simples carreteras, sino que están repletas de caminos, cruces, casas... Ca- da vez que revisas un tramo, encuentras algo nuevo», relata el encargado. Al final, todo queda plasmado en un libro de seguridad que recoge todas las necesidad humanas y logísticas, necesario para que la federación española dé luz verde.
¿Por qué lo hacen?
Los miembros de la organización suelen ser grandes aficionados al mundo del motor y, por ello, colaboran con gusto con la prueba de casa, más aún siendo del Campeonato de España. Daniel Rey, por ejemplo, fue copiloto hasta hace varios años y lleva desde la década de los noventa ligado a los ralis. «Ahora toca trabajar para que otros se diviertan, al igual que antes lo hicieron por nosotros. Se hace con gusto, porque es una forma de no desconectar y devolver parte de los que nos dieron. Todos queremos que esta prueba siga dando a conocer a Ferrol», resalta el responsable.
El deseo, una vez más, será de que la palabra «éxito» resuma la prueba en cuestión de seguridad cuando todo haya acabado. Las incidencias se han ido reduciendo con los cambios, pero estos doscientos voluntarios no parpadearán en todo el sábado.