La Voz de Galicia (Ferrol) - La Voz de Galicia (Ferrol) - Especial1
Firmas, Rosendo Yáñez
Por Rosendo Yáñez Pena, Capellán de la residencia “Mi Casa”, Ferrol
Caído se le ha un clavel hoy a la Aurora del seno: ¡qué glorioso que está el heno, porque ha caído sobre él! (Luis de Góngora.1621)
La aurora es María, Jesús el clavel, y nosotros el heno.
El capricho de un emperador romano pone en movimiento a todo el imperio: todo el mundo a censarse a su ciudad de origen.
María es de la casa de David, Belén. Ochenta kilómetros, de norte a sur. Se pone en camino, portando dentro de sí el Misterio. Todo es sencillo y pobre: una borriquilla con sus alforjas y su cofrecillo delante con un poco de ropa y las fajas para cuando nazca el Niño… Ya está “fuera de cuentas”. Puede ser en cualquier momento. María reza y canta para sus adentros… José calla y está atento a cada detalle: “¿Te cansas, María? -Ya estamos llegando”
Belén es una ciudad pequeña, aunque tiene su importancia por la tumba de Raquel y porque allí nació el rey David. Pero está atestada de gente: la posada ya está totalmente ocupada por los más madrugadores y los más ricos.
Cansados de buscar se van a las afueras, y encuentran una cuadra medio destartalada; junto al pesebre un buey está rumiando mansamente. José adecenta un rincón para que se acomode María y cuelga su lamparita…
…Y se produce el Milagro; María estrecha contra su pecho a Jesús recién nacido y le canta una nana. Como era la costumbre refriega su cuerpecito con sal, para que la piel se fortalezca, y le envuelve con las telas hasta que sólo se le ve la carita con sus ojitos dormidos.
José pisa con cuidado para no despertarlo… Y, al fin, cae de rodillas junto a María y Jesús: llora y reza alabando al Altísimo.
Primero fue el gran emperador de Roma el que puso a todo el mundo en movimiento: ahora es un Niño recién nacido el que pone en movimiento a todos sus adoradores: ángeles, pastores, reyes… Y también nosotros queremos ir con ellos. Pero no olvidemos que
“A Belén se va y se viene por caminos de alegría y Dios nace en cada hombre que se entrega a los demás. A Belén se va y se viene Por caminos de justicia
Y en Belén nacen los hombres Cuando aprenden a esperar” (Miguel Manzano: “Aquí en la tierra”)