La Voz de Galicia (Ferrol) - La Voz de Galicia (Ferrol) - Especial1
As Catedrais; Stonehenge de Galicia
HAY PROYECCIONES QUE AVANZAN QUE ESTE ENCLAVE ÚNICO LLEGARÁ AL MILLÓN DE VISITANTES ANUALES
La explicación de la proyección turística que ha adquirido Ribadeo en los últimos años está en la playa de As Catedrais, un enclave único, que a nadie deja indiferente. Cuenta la tradición que fue descubierta al mundo en un reportaje que le hicieron al entonces presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo. Hasta ese momento la playa era conocida como Augas Santas, pero a nadie escapó que sus caprichosas formas, con arcos y cuevas que impactan y empequeñecen por su dimensión al que las ve por primera vez, y que no dejan de sorprender al que repite la visita, propiciaban el nombre de As Catedrais. Y así se popularizó. El aluvión de visitas recibido hace un lustro fue tal, superando algunos días las 14.000 personas, que llevó al Concello de Ribadeo a promover su protección, para que un enclave con 135.000 años de antigüedad no fuese destruido en un suspiro por la presencia humana. La Xunta intervino y reguló el acceso, limitándolo en Semana Santa y en los meses de julio, agosto y septiembre a un máximo de 4.812 personas diarias. El acceso es gratuito, en estas fechas se precisa sacar una entrada que se puede conseguir en una web habilitada por la Xunta, pero que también se facilita a los clientes de los hoteles de Ribadeo, a quien se desplaza en taxi desde el casco urbano ribadense y a quien recurre al transporte en bus que se ofrece en verano. En la actualidad el Concello de Ribadeo está tramitando un plan de ordenación para regular todo el espacio y optimizar las visitas, situando a As Catedrais a la altura de Stonehenge. Y es que hay proyecciones que apuntan a que As Catedrais podría alcanzar la cifra de un millón de visitantes en 2021, próximo año jacobeo.
As Catedrais descubre su mis- terio cuando baja la marea. En ello radica parte de su encanto. Se puede visitar, pues, solo unas horas determinadas cada día. Otra opción, muy recomendable, es recorrer los acantilados de marea alta, observando cómo el Cantábrico ha cubierto todo el espacio que antes había desnudado. Su interés geológico también es notable, de ahí que se organicen rutas específicas.
En la bajamar se descubre su misterio