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Una edición marcada por la seguridad
Fuerzas de seguridad, bomberos, ambulancias y voluntarios velarán por el transcurso de la cita
Más de medio millar de personas velan por la seguridad y organización de los miles de aficionados y pilotos que se dan cita estos días en el Rali de Ferrol. Para garantizar que todo transcurra sin incidentes, se diseña un plan especial del que forman parte unas seiscientas personas que muchos meses antes de la prueba comienzan ya a organizarse para que el público pueda disfrutar de una de las citas automovilísticas más importantes del país.
Uno de los equipos vitales son los coches R. «Es un coche rápido donde va un conductor, un técnico ATS y un médico para llegar de forma inmediata en el caso de que se produzca un accidente», explica el directivo de la Escudería Automovilística de Ferrol, Germán Castrillón. Serían los primeros en llegar al punto conflictivo, pero están acompañados de un operativo de ambulancias y bomberos —con los equipos de Ferrol, Betanzos, Ortigueira y el grupo de Protección Civil de Neda con una pick-up— para solventar cualquier incidente.
Otra parte importante del operativo son los cuerpos de seguridad. «Participa la Policía Local de Ferrol, Guardia Civil de Tráfico, el departamento de Seguridad Ciudadana que está en la zona rural y la Policía Nacional», añade. También se suman los voluntarios de Protección Civil de los municipios por donde transcurre la prueba.
Los equipos de Protección Civil llevan a cabo a mayores otra importante función, la de cortar los viales afectados por la prueba. También forman parte de todo este colectivo de ayuda los radio enlace, «hacen la función de comunicaciones y a la vez también cortan las carreteras y pistas», añade Castrillón.
Todos estos colectivos pueden sumar unas 400 personas. Pero no están solas. Cronometradores de salida, meta y puntos de stop; dirección de carrera; parque cerrado; parque de asistencia; la zona de repostaje de los coches y controladores también son vitales para dirigir cada tramo, y pueden sumar otras 150 personas.
«El trabajo no es de dos días, llevamos mucho tiempo organizando con coordinadores y voluntarios que les gusta este deporte y este trabajo. Si no hubiera voluntarios sería imposible hacer el rali y sacarlo adelante», agradece Castrillón.
«Concienciación»
A pesar de toda la coordinación y esfuerzo para organizar la cita de forma segura, la responsabilidad mayor es de los aficionados y sin su concienciación sería imposible conseguir un rali cien por cien seguro. Esta edición, hasta los pilotos se han querido involucrar en el tema protagonizando un vídeo en el que piden al público que sea consciente de los riesgos, siga las indicaciones de los responsables en todo momento y tenga «sentido común». «La clave principal, sin la que no podemos conseguir nada, es que la gente tenga consciencia de el peligro que puede haber, que respete a la organización de cada tramo y que siga las indicaciones. Hay que mentalizarse que los coches de carrera van una gran velocidad, y si se pasan de frenada o derrapan más de lo normal por cualquier circunstancia, pues se puede salir de la carretera y eso conlleva que no sabemos exactamente donde va a terminar», recalca el responsable.
La concienciación es cada año mayor y las imágenes de antaño de gente invadiendo la carretera parecen ya inviables. «Buscamos que sea una fiesta, pero segura. Los pilotos y copilotos, si ven gente en la carretera, lógicamente no se sienten seguros y les hace levantar algo el pie, les corta, así que también repercute en el espectáculo», añade Castrillón.