Costanor, polivalente y eficiente

Ventajas técnicas, constructivas y económicas caracterizan a la empresa

Costanor y Costadrago, referentes en cajones para puertos, también fabrican líneas o plataformas flotantes, pantalanes, flotadores de hormigón armado, cubípodos y bloques para escolleras, dovelas para puentes, barreras de seguridad, pretiles, lechos de frenado, armaduras de pilotes...

Su amplia gama de productos y servicios abarca desde la ejecución de superestructuras y encofrado de cajoneros, hasta los prefabricados especiales y de otros tipos que requieran los clientes según la tipología de las obras. Costanor fabrica la armadura de acero para pilotes con la maquinaria y medios propios más avanzados, instalándola a pie de obra si el cliente lo demanda, o fabricándolos en sus instalaciones y transportándolos después a la obra. Estas armaduras de acero corrugado (ferralla) se conforman como jaulas, definidas según proyecto de ingeniería y planos aportados por la contrata principal. Los pilotes se emplean en la cimentación de obras para trasladar las cargas hasta un estrato más resistente del suelo, cuando este se encuentra a una profundidad tal que hace inviable técnicamente una cimentación convencional. Mantener la calidad, un buen servicio y el mejor nivel de ejecución implica una estrategia empresarial que resume Francisco Berdeal, el gerente de Costanor y Costradago: «Agradecemos la confianza de nuestros clientes, por eso solo aceptamos y nos comprometemos con las obras que podemos atender, volcándonos con nuestro cualificado equipo humano y satisfaciendo a quien nos contrata cumpliendo siempre lo pactado». El gerente dirige ambas empresas desde el 2006, cuando dejó la dirección de una firma de sistemas de contención de vehículos para viaductos, a los flotadores de hormigón armado para puertos deportivos, a prefabricados especiales como vigas, prelosas, dovelas... Aunque su mercado de trabajo se extiende por todo el territorio nacional, ratifica la apuesta

También fabrica las armaduras de acero para pilotes, con la maquinaria y medios propios avanzados

por Viveiro como sede central de una empresa que sobresale por su proyección nacional, por su facturación y por el empleo que genera. «El objetivo sigue siendo continuar con la semilla que sembró mi padre en 1977 y, aunque ya no está en activo, cada día comprobamos el valor de su experiencia y su visión empresarial», subraya.

Una trayectoria de 41 años avala la calidad y la fiabilidad en todas sus obras y servicios